Las estadísticas siguen empeñadas en rebatir la idea tan extendida en los últimos tiempos sobre la emigración masiva de jóvenes españoles a otros países, como ya hemos comentado en este blog en otras ocasiones. La última de ella es la Estadística de Variaciones Residenciales que ha publicado el INE recientemente.
El análisis exhaustivo de sus datos revela que no fueron miles, sino solo 302 los extremeños que emigraron al extranjero el año pasado. A esa cifra hay que restar los 168 extremeños que retornaron a la región desde otros países, de modo que el saldo exterior se queda en una pérdida de 134 personas.
Puede haber quien no se lo crea, pero son los datos que se extraen de los cambios en el padrón y son, por tanto, bastante fiables. Otra cosa es que, como apuntamos en otro momento, haya gente que se va al extranjero sin comunicarlo a las respectivas embajadas o consulados, por lo que no consta como emigrante en ningún sitio.
Pero antes o después sucede una de estas dos posibilidades: o retorna tras una estancia más o menos breve (el caso de aquellos que se van a probar suerte y que regresan porque no lo han conseguido o porque no han cubierto sus expectativas), de modo que es una emigración de corto plazo que, digamos, no afecta a las tendencias de fondo, o se asienta legalemente en aquel país, por lo que pasará a figurar como emigrante y residente en el exterior.
Francia (42), Reino Unido (36), Alemania (28), Portugal (22), Suiza (17), Estados Unidos (15) y Bélgica (11) fueron los principales destinos de los extremeños que se marcharon a otros países.
En total, el saldo migratorio de Extremadura con respecto al extranjero en 2012 fue positivo en 590 personas. Ello se debe a que el saldo positivo de extranjeros (entraron 779 más de los que salieron) superó ampliamente el saldo negativo de extremeños (134) y personas nacidas en otros puntos de España (55).
¿Y qué está pasando dentro de España? En este caso el saldo total de Extremadura es negativo en 1.403 personas. Por lo que se refiere a los extremeños, se marcharon 6.507 y retornaron 4.422, por lo que la diferencia ascendió a 2.085 personas.
En los gráficos inferiores se pueden ver las comunidades de destino y de procedencia de esos extremeños. También fue negativo, como casi todos los años, el saldo de extranjeros, en 123 personas. Una vez más, la región gana extranjeros con respecto a otros países, pero los pierde frente a otras comunidades autónomas. En cambio, Extremadura ganó 805 personas nacidas en otros puntos de España, también como es habitual.
En cifras globales, de la región salieron el año pasado 6.809 personas nacidas en la tierra, frente a los 4.590 paisanos que retornaron, de modo que el saldo negativo se situó en un total de 2.219 extremeños. Por el contrario, Extremadura sumó 750 personas nacidas en el resto de España y 656 nacidas en el extranjero. Echando la cuenta sale un saldo migratorio total de 813 personas menos. Es la primera vez que se registra un saldo negativo desde 2002.
Vistos así, los datos pueden resultar algo alarmantes, pero si se echa un vistazo a la evolución histórica, la interpretación requiere más matices: En primer lugar, la crisis no parece estar disparando la emigración de extremeños, ni al extranjero, ni a otras comunidades.
Como se ve en los gráficos que hay a continuación, la salida de extremeños se mantiene por debajo de los niveles alcanzados en el primer lustro del siglo (2001-2005), justo en pleno apogeo del crecimiento económico. Además, la emigración de extremeños en 2012 fue algo inferior a la de 2011 y casi igual a la de 2010, de modo que hay un flujo más o menos constante.
Es más, si hay algo que destacar es que con la crisis se ha ralentizado la emigración de extremeños en comparación con la época de vacas gordas. Es verdad que la situación económica en el resto de España no invita a salir, pero a la luz de los registros de población no parece que la emigración se haya convertido otra vez en una moda.
Sí que se está notando una disminución en el ritmo del retorno de extremeños, de ahí que haya crecido el saldo negativo, pero tampoco se aleja mucho de la franja de entre 5.000 y 6.000 retornados en la que se venía moviendo.
El factor que parece más relevante en que por primera vez en una década haya una pérdida de población en Extremadura por las migraciones es la disminución del saldo de personas de otras comunidades (que prácticamente venía compensando la salida de extremeños hasta equilibrarse) y de extranjeros.
Ambos siguen siendo positivos, pero se han reducido de manera importante en 2012, especialmente en lo que se refiere a los extranjeros, como ya veníamos apuntando en este blog. Se ha producido a la vez una caída de la inmigración de ciudadanos de otros países y, sobre todo, un notable incremento de la emigración de retorno de esos extranjeros a sus países de origen, de modo que la ganancia de población de extranjeros se ha hundido (en un fenómeno muy similar al resto de España): de 6.643 en 2007, año récord, a 656 solo cinco años después.
Todos estos datos son el resultado de una elaboración propia a partir de las Variaciones Residenciales del INE. Precisamente este instituto publicará dentro de una semana una nueva estadística de migraciones que debería coincidir (o aproximarme mucho) a lo que aquí contamos.
En los siguientes gráficos interactivos hay información más detallada sobre las migraciones de Extremadura en 2012.
asd