Desde hace unos día el centro de Salud Obispo Paulo de Mérida presenta una imagen poco usual: sus ventanas están protegidas por plásticos y el edificio administrativo aledaño está cubierto por una malla de color negro. La primera impresión que da es como si el artista estadounidense de origen búlgaro Christo se hubiera pasado por la capital de Extremadura para hacer uno de los experimentos que realiza a lo largo de todo el mundo envolviendo con grandes telas edificios públicos o áreas urbanas. Pero si uno se acerca al edificio sanitario descubre que la realidad es otra y no menos curiosa que una de las instalaciones de Christo, y es que el Servicio Extremeño de Salud ha iniciado una campaña para combatir una colonia de murciélagos que ha elegido el ambulatorio para anidar. El misterio de los plásticos y telas se descubre leyendo un cartel que indica que se están haciendo unos trabajos para la exclusión de una colonia de murciélagos. Uno se imagina a los quirópteros en castillos medievales o en lo más profundo de una gruta pero no en un ambulatorio urbano visitado cada día por cientos de personas.
Por eso ‘la lupa’ se ha fijado en este curioso hecho que no es la primera vez que ocurre en Extremadura puesto que hace unos años hubo que buscarle acomodo a una importante colonia de murciélagos que habían elegido el monasterio de Yuste como vivienda. En ese caso se decidió reproducir el mismo hábitat a pocos metros del monasterio en una estancia construida especialmente para ellos.