“Mérida 10 de diciembre de 1941. Hacía frío y un manto de nieve dura cubría la vía del tren…” Tras un prefacio en el que presenta a la protagonista de la novela, así comienza el primer capítulo de ‘La tristeza del samurái’, libro del novelista Víctor del Árbol, publicado el año pasado y que se ha convertido en un auténtico fenómeno editoral. Desde su aparición ha habido como una especie de boca a boca que ha convertido la obra en un éxito de ventas y curiosamente más en países como Francia, Alemania e Inglaterra, que en España.
En Francia le han coronado como el mejor autor de novela negra de Europa y el libro ha pasado a ser un bestseller tras lograr el premio a la mejor novela negra europea, Le Prix du Polar Européen. Ha sido traducida ya a ocho idiomas, se ha publicado en 12 países, además de ver la luz en Hispanoamérica y Estados Unidos. Se puede decir que un poquito de ese enorme éxito le ha tocado a Mérida y a Extremadura, ya que parte del libro transcurre en la región. El autor plantea dos historias paralelas, una que ocurre en 1941 en Extremadura y otra en la Barcelona de 1981.
Paradójicamente y aunque una parte del libro tiene como escenario Extremadura, Víctor del Árbol es natural de Cataluña y lo que es más asombroso todavía fue seminarista en su juventud y desde hace más de 20 años trabaja como mosso d’escuadra en Barcelona, su ciudad natal, si bien la lectura y la escritura le ha acompañado a lo largo de su vida. No se sabe si tiene algún antecedente familiar extremeño pero el caso es que el autor eligió Extremadura para ambientar una parte importante del libro y describe calles de la Mérida de los años 40, y el ambiente opresor de posguerra que se vivía en la región.
Hay quien asegura que se trata de una novela difícil del leer por su discurrir en dos épocas diferente y por ir desde la posguerra española a la intentona del golpe de Estado del 23F, de la división azul a la represión franquista, y por incluir numerosos personajes pero es como un puzzle en el que todas las piezas encajan perfectamente y se lee de un tirón. Hay quien habla de ‘La tristeza del samurái’ como una magnífica novela de intriga e investigación, de sentimientos y rencores, de personajes vencidos, de padres e hijos o abuelos y nietos que se pasan problemas y delitos de unos a otros…
El éxito del libro va a permitir a su autor dejar de ser mosso d’escuadra para convertirse en escritor a tiempo completo. De momento ya trabaja en su siguiente libro.