La estatua de Juan Donoso Cortés en su nuevo emplazamiento, ¿será el definitivo?

‘Izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante detrás, un dos tres’, son fragmentos de la canción popular el baile de ‘La yenka‘, y bien podrían aplicarse a la escultura dedicada Juan Donoso Cortés en Don Benito, pues parece que no encuentra su ubicación definitiva y a cada poco tiempo, como cumpliendo la letra de la canción, la desplazan unos metros bien hacia adelante o bien hacia atrás en el mismo espacio donde fue inaugurada en 2006.

Hace apenas unos meses, sobre marzo o abril, operarios del Ayuntamiento de Don Benito movieron la estatua un par de veces siempre en función de los cambios que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de esa ciudad decidió hacer para convertir en peatonal la principal arteria comercial. Y estos días se ha vuelto a ver a esos mismos operarios cargando con el pedestal y el busto del político, cambio que parece otra vez motivado por la reordenación del tráfico, para desplazarlos unos metros.

Aunque el político, pensador y diplomático extremeño tuvo una ajetreada vida a lo largo de los 44 años que vivió, parece que su estatua no le va a ir a la zaga y se va a mover casi tanto, eso sí en un espacio más reducido, como es la plaza de Santo Ángel, donde se erigió el busto en el 2006 en una celebración enmarcada en los actos conmemorativos del 150 aniversario de la concesión del título de ciudad a Don Benito.

El desplazamiento físico no es el único al que ha sido sometida la escultura realizada por el artista José Vento ya que si en un principio estaba rodeada por una pequeña zona ajardinada con algún árbol, setos y plantas, esto se cambió un tiempo después por una más práctica alfombra de césped artificial. Ahora en su nuevo emplazamiento el verde del césped ha desparecido del todo y los elementos más cercanos son los contenedores soterrados de basura.

Sin duda no es el mejor trato para una de las figuras históricas e ilustre de Extremadura y que jugó un importante papel en la primera mitad del siglo XIX. Juan Donoso Cortés fue diputado a Cortes por Badajoz y por Cádiz, embajador en París y Berlín;  secretario de la reina regente María Cristina; fue nombrado Marqués de Valdegamas por su servicio a la Monarquía. Aunque nació en Valle de la Serena el 6 de mayo de 1809, su familia residía a Don Benito y conservaba una vivienda en la ciudad donde el embajador acudía con frecuencia a pasar temporadas o a recuperarse de sus achaques como el que sufrió cuando fue nombrado embajador en Berlín y no se adaptó al clima de Prusia. Precisamente antes de marchar a la ciudad alemana fue inmortalizado por el pintor Madrazo en un célebre retrato.

Falleció en París el 3 de mayo de 1853 y a sus exequias acudió todo el cuerpo diplomático acreditado en la corte imperial de Napoleón III, ministros del Gobierno, y le fueron rendidos honores militares. Sus restos reposan en el Cementerio de la Colegiata de San Isidro de Madrid. En Don Benito una placa recuerda el lugar donde vivió parte de su vida y la escultura que no desacansa trata de rendirle  “un movido” homenaje.

Operarios municipales moviendo la estatua a principios de año.