Fue una de las noticias deportivas de la semana pasada, la Federación Española de Natación decidió destituir de manera fulminante a Anna Tarrés como entrenadora del equipo de natación sincronizada que acababa de ganar dos medallas en las Olimpiadas de Londres, una de plata en dúos y la de bronce por equipos. La protagonista conoció la noticia cuando se encontraba en la localidad extremeña de Bienvenida pasando unos días de vacaciones.
Tarrés con su hija Giulia estaba en casa de unos amigos íntimos del pueblo, uno de ellos fundador del club Kallipollis donde empezó la aventura de la natación sincronizada en España. Fue en la localidad pacense, situada en la comarca de Tentudía, donde recibió la llamada del presidente de la Federacion de Natación, Fernando Carpena, a las 10.10 de la mañana del día 6 comunicándole la decisión de no renovarle el contrato que tenía vigente hasta 2013. La llamada supuso una revolución en esta pequeña población extremeña de unos 2.400 habitantes.
Las cadenas de televisión empezaron a llegar a última hora de la mañana ocupando las calles con las unidades móviles, furgonetas con parabólicas y otros vehículos para hacer conexiones en directo. La Sexta, RTVE 1, la Cuatro y cadenas catalanas se desplazaron hasta Bienvenida para conocer de primera mano el cese de la laureada entrenadora de la natación sincronizada, que llevaba en el puesto desde 1997 y que ha obtenido más de 55 medallas a lo largo de su trayectoria.
Tal fue la demanda de los medios que se tuvo que improvisar un plató en la casa donde estaba Tarrés y se decidió que el lugar más adecuado era el patio junto a una fuente de mármol blanco. Desde ese lugar Anna Tarrés fue comentando la llamada de la Federación española y sus sensaciones tras la inesperada noticia.
La anécdota se produjo cuando, sobre las 3 de la tarde, intentaban hacer una conexión en directo desde TV3 y un albañil desde una obra próxima se negaba a dejar su radial, interfiriendo con el sonido en la retransmisión televisiva. Tras una pequeña negociación cortó unas piezas y dejó la máquina para que el sonido llegara nítido a las televisiones. Además de atender a las televisiones, la entrenadora entró en directo en 40 o 50 emisoras de radio y también tuvo tiempo de recibir a las niñas que forman parte del equipo de natación sincronizada de Bienvenida que acudieron a saludarla.
“Gracias a que es una mujer de diamante, una mujer dura, pudo resistir tantas horas”, comenta uno de los anfitriones de Anna Tarrés que fue testigo de cómo estuvo todo el día hablando con medios de comunicación, con reporteros y periodistas ante el revuelo que ocasionó la noticia. “Es como si hubieran cesado a la Vicente del Bosque de la natación sincronizada, por eso fue una noticia de tanto alcance y hubo una maraña de medios de comunicación que decidieron acercarse a Bienvenida”.
Mientras tanto, algún vecino del pueblo se dedicaba a contar los vehículos y periodistas que iban llegando a la población; los niños servían de improvisados guías indicando la casa donde se encontraba la protagonista de la noticia y hasta un policía local quiso acercarse para mostrar su solidaridad con la entrenadora.
Anna Tarrés atendió todas las llamadas amablemente mientras su pequeña hizo pandilla con niños del pueblo, que ya ha visitado en otras tres ocasiones, y se quedó hasta el sábado día 8 cuando regresó a Cataluña, dicen que con destino a Sarral, un pequeño pueblo de la comarca de la Conca del Barberá en Tarragona donde empezó a nadar, para visitar a sus padres. En su agenda y en su móvil, además de numerosas llamadas de solidaridad y apoyos, a buen seguro que hay ya algunas ofertas de trabajo para entrenar a otros equipos de natación sincronizada, a las nuevas sirenas del siglo XXI, ya que no en vano es considerada una de las mejores del mundo y sobre todo la mejor en el apartado artístico.