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La lupa

El esqueleto del extremeño más alto

El esqueleto de Agustín Luengo preside una de las salas principales del Museo.

El esqueleto de Agustín Luengo preside una de las salas principales del Museo.

En Madrid justo enfrente de la estación de Atocha hay un pequeño museo que seguramente no es de lo más visitados por los turistas que recorren Madrid a pesar de estar situado muy cerca de otros dos grandes como son el Museo del Prado y el Reina Sofía. Se trata del Museo Nacional de Antropología que fue inaugurado por el Rey Alfonso XII en 1875 en un edificio diseñado por el Marqués de Cuba por en cargo del médico Pedro González de Velasco.

Dentro del museo, en una sala que recuerda los orígenes de sus diferentes colecciones, una urna del cristal guarda un enorme esqueleto con un cartel en el que se lee ‘Gigante extremeño’. Es un esqueleto real y pertenece a Agustín Luengo Capilla, al que en su época se le conoció como el hombre más alto de España o, como bien se indica en el cartel, como el ‘Gigante extremeño’.

Agustín Luengo nació en Puebla de Alcocer en 1826 y llegó a alcanzar los 2,35 metros de altura por lo que en la España de mediados del siglo XIX tuvo cierta relevancia ya que se dedicó a trabajar en el circo y a exhibir sus grandes manos con las que hacía trucos, como ocultar un pan de un kilogramo entre ellas.

El doctor Pedro González de Velasco, catedrático de Anatomía de la Universidad de San Carlos de Madrid, que había empezado a dar los primeros pasos para crear un museo de antropología se puso en contacto con el extremeño y le hizo una oferta que no pudo rechazar. El investigador le compró su cadáver a cambio de una renta diaria de 2,50 pesetas diarias mientras viviera.

El gigante no lo pudo disfrutar mucho ya que falleció a los 26 años de edad y su cuerpo fue enviado al museo donde el doctor hizo un vaciado en yeso del cadáver que hoy se puede ver junto al esqueleto. En el reconocimiento médico que se le hizo tras su muerte se diagnosticó que padecía una tuberculosis ósea en estado muy avanzado.

En otro cartel situado junto a la figura de yeso se cuenta la historia de Agustín Luengo y se indica que pudo padecer gigantismo, una efermedad hormonal causada por la excesiva secreción de la hormona del crecimiento. Una de las características de esta enfermedad son unos pómulos pronunciados, algo que se observa en la figura de yeso.

 

La figura en yeso del Gigante extremeño se exhibe junto al esqueleto.

La figura en yeso del Gigante extremeño se exhibe junto al esqueleto.

Hoy en día en su pueblo natal, Puebla de Alcocer, en su museo etnográfico se exhiben algunos de los objetos del gigante, como una de las grandes botas que usó en vida, algunos calcetines o un gorro de color carmesí. Mientras, lejos de allí, el esqueleto de Agustín reposa en una urna de cristal, junto a una momia guanche o reproducciones de los originales de las cartas de Darwin. Es su servicio póstumo a la ciencia y a la antropología.

 

Como su nombre indica trata de reflejar la presencia de Extremadura y los extremeños en la red, en España, en definitiva en el mundo

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