Es noche de Reyes. Noche cerrada, aunque acaban de llamar a rezo las campanas sordas de la iglesia. Llueve cansina, lentamente, y las calles del pueblo están desiertas. O casi. Si el solitario visitante presta atención escuchará un sonido antiguo mezclado con el repiqueteo constante de la lluvia y el murmullo ahogado del agua. Un […]