Pocas noches tan encantadas como la noche de San Juan, y pocos lugares tan encantadores como los misteriosos castillos que jalonan las tierras extremeñas sirviendo de morada eterna a damas hechizadas, moras, hebreas o cristianas, que esperan eternamente a que algún aguerrido extremeño (o alguna valiente extremeña) ose desencantarlas. Por si ustedes no tienen […]