Las niñas endemoniadas de San Benito, la ermita de los mensajes ocultos | Extremadura Secreta - Blogs hoy.es >

Blogs

Israel J. Espino

Extremadura Secreta

Las niñas endemoniadas de San Benito, la ermita de los mensajes ocultos

Dr. Paul Richer. Études Cliniques sur la Grande Hystérie. 1885. /

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que en la ermita cacereña de San Benito se curaban mudos, cojos y mancos, se realizaban teletransportaciones de continente a continente y se sacaba a los demonios de los cuerpos de pequeñas niñas que aullaban poseídas y hablaban con voces infernales.

La ermita  se yergue ahora  escondida en una moderna urbanización de chalés, pero cuando se levantó, antes de la conquista musulmana, se encontraba enclavada en un lugar mágico del que algunos investigadores, aún hoy, han encontrado numerosos indicios.

ermita de San Benito (Cáceres) (A. Briz)

Los muros de la ermita de San Benito esconden  numerosos secretos  (A. Briz)

Un enclave mágico

El historiador cacereño Antonio Rodriguez González ha investigado a fondo el origen de la ermita y su posible vinculación con las órdenes militares, y ha coincidido, al igual que otros investigadores, en afirmar que el lugar donde se levanta la ermita no es casual.

Para Rodriguez, existe una  alineación de ermitas que  coincide con un camino histórico: la antigua calzada romana que unía Medellín con el puente de Alcántara, e incluso se plantea “una vinculación de esta vía de comunicación con los templarios, ya que existe constancia documental de que la orilla norte del puente de Alcántara estuvo en posesión de dicha orden, al menos entre 1295 y 1307”.

A raíz de sus recientes investigaciones, sostiene que el origen de algunas  ermitas cacereñas se remontaría al siglo XIII, y su fundación y patronazgo tendría que ver con la Orden del Temple y el control que ésta ejercía sobre el Camino de la Plata como cañada trashumante y ruta de peregrinación. “No olvidemos que los templarios adoptaron desde sus inicios la regla benedictina, en su versión cisterciense, y podríamos considerarlos como el brazo armado de la orden monástica”, señala Rodríguez.

La numerología de la arquitectura, como el número de arcos, ofrece claves para el conocimiento. (A. Briz)

La numerología de la arquitectura, como el número de arcos, ofrece claves para el conocimiento. (A. Briz)

Esta función de hito en el camino de peregrinación en el camino Mozárabe de la Ruta de Santiago la suscribe también el arquitecto técnico Agustín Flores, quizás la persona que más años ha dedicado al estudio de este enigmático lugar y el que mejor lo conoce, ya que es el técnico del ayuntamiento de  Cáceres que ha llevado a cabo los trabajos de recuperación de la ermita. Flores descubrió pronto que el edificio y su enclave escondían numerosos secretos tanto en su  forma material como inmaterial.

Un reloj de tiempo y  un lugar de magia blanca

Agustín ha estado investigando durante los últimos dieciocho años todas las materias que pueden ayudarle a desentrañar los enigmas que encierra la ermita: arquitectura, astronomía, astrología, geometría, geología, arqueología, radiestesia, misticismo, filosofía, marcas de cantero, simbología, cábala, alquimia, mitología o cultos religiosos, desde el cristiano hasta el hebreo pasando por el islam y concretando en los ritos benedictinos y templarios.

Flores, ayudado por radiestesistas,  ha encontrado en determinados puntos de la ermita una gran afluencia de energía telúrica, situados estratégicamente en lugares claves del edificio.

Agustín Flores afirma que el sol y la luna hacen de la ermita un reloj de tiempo (A. Briz)

Agustín Flores afirma que el sol y la luna hacen de la ermita un reloj de tiempo (A. Briz)

Flores también ha seguido durante los últimos seis  años el movimiento del Sol y la Luna, tanto en el interior como en en el exterior, en determinadas fechas y  en horas precisas, y  ha concluido con un descubrimiento sorprendente: la arquitectura de la ermita está realizada para que funcione como un reloj de tiempo donde gracias a las proyecciones del sol y de la luna se marcan los equinoccios, los solsticios y otras fechas importantes para los que la construyeron y para aquellos que allí moraban.

También la piedra fundacional de la ermita y las pinturas murales que aparecieron al restaurar el edificio parecen guardar determinadas claves para descifrar el enigma de San Benito.

Las pinturas murales parecen guardar algunas claves (A. Briz)

Las pinturas murales parecen guardar algunas claves (A. Briz)

Flores está convencido de que en San Benito se empleó la magia blanca, lo que no es sorprendente teniendo en cuenta que allí tuvieron lugar más de dieciséis milagros en el siglo XVI, unas curaciones  milagrosas se producían tras pasar un periodo de nueve días (número mágico en la ermita, cuya planta tiene precisamente forma de nueve) durante los cuales se rezaba en comunidad siguiendo un recorrido dentro de la misma que hoy desconocemos. “Esto –afirma Flores-  nos hace pensar que San Benito se comportaba por entonces como un resonador de energías tanto telúricas como cosmológicas y que eran utilizadas junto con los rezos y la sapiencia de los benedictinos para dichas curaciones”.

La piedra fundacional que encontraron oculta puede guardar un código templario (A. Briz)

La piedra fundacional que encontraron oculta puede guardar un código templario (A. Briz)

Las niñas poseídas

Pero quizás las curaciones más espectaculares sean las expulsiones de los demonios de los cuerpos femeninos,  especialmente de niñas. José Luis Hinojal, en su libro “Magia y superstición en la vieja villa de Cáceres”, ha recogido algunos de estos exorcismos.

El primero del que se tiene noticia sucedió en 1530, con la llegada de una niña poseída, Isabel de Orellana, procedente de la villa de Búrdalo (hoy Villamesías) cuyos padres recorrieron con ella las diez leguas que separaban su casa de la ermita.

Dentro de la ermita existen determinados puntos en los que fluye la energía telúrica (A. Briz)

Dentro de la ermita existen determinados puntos en los que fluye la energía telúrica (A. Briz)

Nada más entrar en ella  el padre comenzó a enumerar a viva voz las iglesias a las que pensaba acudir si la niña no sanaba, hasta un total de doce. De pronto, de lo más profundo del cuerpecito de la niña emergió la voz del maligno que se encaraba con sorna al padre, diciendo:

– ¡Cuéntalas! ¡Cuéntalas!

Tras llevar a  la niña a rastra hasta el altar y sujetarla de rodilla, el demonio abandonó finalmente el cuerpo, “dando señal” de su huida en la forma de una moneda de origen medieval, una “blanca”, que salió de la boca de la niña y que, como testimonio mudo del suceso, se fijó con un clavo en la puerta de la iglesia.

No es extraño que la restauración de la ermita haya aparecido alguna de estas monedas entre los muros, porque al parecer era la señal que daba el demonio, al menos en San Benito, para asegurar que había abandonado el cuerpo de los posesos.  Y cada moneda que el energúmeno echaba por la boca era un demonio expulsado, por lo que la posesa  Juana Vivas, vecina del Casar, expulsó el  5 de enero de 1533 tras  su exorcismo tres monedas blancas melladas, pues tres eran los demonios que habitaban en su cuerpo, quizás porque al ser adulta más espacio tenían.

 Otra blanca y algunas cintas fue lo que expulsó por la boca otra niña poseída, Isabel González, quien una mala mañana  de 1532 despertó hechizada y con  señales de haber entrado en ella el mismo demonio, pues aborrecía todas las cosas sagradas y espirituales. Como la medicina no acertaba a sanarla, la llevaros a San Benito, donde temblando y profiriendo voces espantosas, subieron a Isabel al santasanctórum del templo y la encararon con el Viejo, forzándola a abrazar la imagen.

La crónica, que no tiene que envidiar nada a las más terroríficas películas, la recoge magistralmente Hinojal en su obra:

“Ataron a la niña uniendo los dedos pulgares de sus manos, con tal violencia que sólo se escuchaban sus fuertes gemidos y gritos, al tiempo que observaban cómo su cuerpo se retorcía adoptando extraordinarias e inverosímiles posturas, que se incrementaron cuando le echaron encima una estola que habían llevado del párroco de la iglesia de san Mateo.

Pero Martín, invocando el nombre de Dios, dijo entonces:

–          ¡Da señal, puto! ¡Perro!

–          ¡Puta, suéltame, que me iré de aquí! – fue la respuesta que se recibió de boca de la energúmena.

Era necesaria la prueba de abandonar el receptáculo, para la cual, el padre, solicitó con la misma firmeza que había demostrado hasta entonces, que dejase dicho testimonio el mismo instante en que dejar a la niña.

–          ¡Da señal!

A esa orden, Isabel tuvo un fuerte espasmo, tras el cual echó fuera dos agujetas, una especie de cintas que antiguamente tenían por objeto abombar los vestidos a la altura de la cintura y de las mangas, al tiempo que volvía a escuchársele:

–          ¡Puta, suéltame! Que me quiero ir…

No fue suficiente para los que se encontraban dentro del templo. Los padres, monjes, el escribano Francisco Gómez o el bachiller Ambrosio Becerra, entre otros, estaban admirados presenciando la espectacular escena que se estaba desarrollando delante suya…

–          ¡Da más señal!

Esta vez fue una blanca lo que escupió, mientras la enferma entraba en una especie de trance, haciendo grandes extremos, hasta que el cuerpo quedó quieto y sólo se escuchaba un leve y esperanzador sollozo:

–          Padre, suélteme, que ya estoy buena.”

La blanca y las agujetas que expulsó la niña endemoniada se exhibieron en los muros del templo, junto a pieles de caimanes y retazos de milagros que comenzaron a languidecer y olvidarse con el paso de los años.

Sin embargo, y a pesar de que muchos de estos sucesos se han olvidado y de que muchas de las claves se han perdido bajo la arena de los siglos, algunos  investigadores continúan encontrando entre sus muros y en su entorno señales ocultas y coincidencias asombrosas. Y San Benito vuelve a erguirse, levantándose de sus ruinas, como centro de un mundo mágico y faro emblemático de un mapa oculto que solo algunos iniciados están  consiguiendo descifrar.

Leyendas y creencias de una tierra mágica

Sobre el autor

Periodista especializada en antropología. Entre dioses y monstruos www.lavueltaalmundoen80mitos.com www.extremadurasecreta.com


febrero 2019
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728