Recuerdo cuando era pequeña mi madre me sacaba a pasear por el río, cuando llegaba la primavera siempre parábamos a descansar a la sombra de un árbol de gran porte, cuyas hojas eran puntiagudas y en invierno desaparecían: el fresno (Fraxinus angustifolia).
Este árbol era muy especial para mi madre, ya que era un árbol muy poderoso, en él habitaban duendes que amaban a los animales y al hombre y mediaban entre ellos. Así, convencía al busardo ratonero para que fuera a cazar ratoncillos a la era, donde mi padre dejaba el trigo después de la siega.
También los protegía cuando había tormentas, ya que si se refugiaban bajo su copa un rayo nunca nos alcanzaría.
Además me contaba que, cuando llegaba la época del colegio, como este árbol ya no era tan visitado, comenzaba a entristecerse y día tras día iba perdiendo sus hojas a la vez que iban tornándose a un color pardo-amarillento, pues sus duendes necesitaban hablar con los niños y con las crías de los pajaritos que anidaban entre sus ramas.
En invierno, el fresno se volvía un árbol solitario y sin hojas dando la sensación de que había muerto, y los pajaritos, al verlo así, se subían a sus ramas y comenzaban a llamarlo. Lo llamaban con tanta fuerza que los duendes despertaban y empezaban a buscar alimento para poder revivir a este mágico árbol, de tal forma que se alegraba tanto que lo primero que hacía era mostrarnos sus pequeñas flores más o menos por el mes de abril, para después ir poblándose de verdes hojas y dar de nuevo su color tan especial.
Esta especie es típica de ecosistemas fluviales, formando, junto con otras especies como chopos, olmos, etc… el típico bosque en galería que bordea a los ríos. Puede llegar a medir 25 metros de altura, y su tronco posee una corteza rugosa y agrietada.
Esta mágica especie da nombre a muchos pueblos de nuestra comunidad como Ribera del Fresno, Villanueva del Fresno, Fresnedoso de Ibor, Valverde del fresno…
Su madera se utilizaba en ebanistería y carpintería. También para la fabricación de madreñas, artículos de deporte, diversos tipos de herramientas, piezas de vagones, armazón de maquinas y escaleras. En otro tiempo se utilizó para la fabricación de ruedas y carrocerías.
Los pastores hacían uso de sus hojas para dar de comer a sus ovejas.
Debido a los principios activos presentes en sus hojas y corteza, se han usado como medicina natural contra la gota, en afecciones genitourinarias como infección de orina, para la retención de líquidos, etc…
Como ya sabéis, no es recomendable que hagamos uso de remedios naturales sin la supervisión de un especialista, ya que al igual que los medicamentos de origen químico también tiene contraindicaciones y nos pueden perjudicar.
Ya saben: para que los duendes sigan viviendo en los fresnos extremeños debemos protegerlos, no hacer fuego y no contaminar las aguas que les dan de beber. De esta forma podremos seguir cobijándonos en su sombra, y contando sus historias a nuestros hijos y futuros nietos.
No destruyas su hábitat, protégela.