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Extremanatural

El mochuelo, ave favorito de Atenea, víctima del tráfico y del veneno

El mochuelo, compañero a lo largo de diversas épocas de diosas relacionadas con la sabiduría.

El mochuelo, compañero a lo largo de diversas épocas de diosas relacionadas con la sabiduría. / Foto: Rafa Torralba

 El mochuelo, un ave que casi todos conocemos en Extremadura (Athene noctua) fue adoptado por Atenea, diosa de la Guerra y protectora de la Paz, la Filosofía y las Artes, de ahí su nombre científico. Según Juan Pérez de Moya, en su libro Filosofía Secreta, 1585, Atenea “apartó un día a la corneja parlanchina de su compañía para evitar que los hombres confundieran la parlotería con la sabiduría, y decidió adoptar al callado y observador mochuelo como numen suyo.

Este ave nocturna, serena y observadora, además de por Atenea (griegos), también fue compañera de otras diosas como Mnerva (etruscos), Minerva (romanos), Neit (egipcios), Lilith (Mesopotamia), todas ellas diosas de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa, la mayoría nacidas de la cabeza de sus dioses padres.

Sin embargo, y a pesar de sus míticas virtudes, el mochuelo es en esta época otra víctima de las operaciones salidas y regreso de las vacaciones estivales, aunque su muerte no suele salir en las estadísticas de muertos de tráfico. Como recordaba el famoso ornitólogo Francisco Bernis (1973)  este bello pájaro es ya una víctima más del tráfico de carretera, a las que se acerca para capturar insectos y otros invertebrados.

El mochuelo europeo ha experimentado en algunas zonas de la Península Ibérica un notable descenso en su densidad. La costumbre que tiene de acercarse a las viviendas humanas también puede ser fatal, al igual que la proliferación de raticidas e insecticidas en el campo que, según opinan muchos expertos, está contribuyendo a su destrucción. La falta de lugares idóneos donde anidar también puede ser una causa determinante en el descenso de las poblaciones.

Sin embargo, no debemos resignarnos a esta situación, sino que todavía podemos ayudar a esta especie controlando los plaguicidas y su uso indiscriminado y usar técnicas alternativas, como el control biológico de plagas; impidiendo la caza ilegal y furtiva, para la cual es importantísima la buena voluntad de los cazadores; estudiar los efectos de los cambios de uso del territorio; mantener terrenos baldíos y vegetación al margen de las carreteras, y otra serie de medidas.

A nivel nacional, el Programa NOCTUA realiza un seguimiento a largo plazo de sus tendencias poblacionales, mientras que a nivel internacional, desde 1999 existe un grupo de trabajo sobre el Mochuelo Europeo (International Little Owl Working Group) que posee representación española (asesores del Programa NOCTUA), y entre cuyos objetivos se contempla establecer un plan europeo de conservación.

Los búhos forman parejas estables durante toda su vida. / Rafa

Los búhos forman parejas estables durante toda su vida. / Rafa Torralba

El mochuelo común es un búho pequeño: apenas levanta 22 centímetros del suelo, con una envergadura alar de unos 50 centímetros. Su aspecto es redondeado, más bien rechoncho, y con la cabeza ancha.

Su plumaje es inconfundible por su color pardo oscuro o marrón con puntos y motas blancas. La cabeza, nuca y dorso de las alas son marrones. La cara es ancha y el disco facial tiene color blanquecino, está achatado por encima lo cual le confiere un aspecto como enfurruñado.

 Este pájaro, al sentirse observado, se estira y levanta la cabeza, lo cual nos permite observar un marcado collar. Los ojos son grandes y de color amarillo limón. La cola es corta y blancuzca, cruzada por cuatro bandas más oscuras.  Vuela de forma rápida y directa, pero onduladamente y a no mucha distancia.

Normalmente se ve posado en solitario con actitud hiératica sobre ramas de árboles, muros, postes, alambres, etc… así como en rocas y también con frecuencia en el suelo, donde suele permanecer largo rato como extasiado.

 Esta especie prefiere habitar campo abierto con arbolado esparcido aquí y allí, así como tierras cultivadas, parques, jardines, huertos de frutales, bordes de bosques, dunas y acantilados costeros y más raramente en pueblos y ciudades. En realidad puede ser observado en todos lados, excepto en el interior de bosques.

Los mochuelos ibéricos forman parejas estables a lo largo de toda la vida. Las parejas se mantienen hasta que uno de los dos miembros muere y como norma general empiezan la nidificación en la primera quincena de mayo.

Todavía podemos abordar muchas medidas para impedir que la población del mochuelo siga descendiendo.

Todavía podemos abordar muchas medidas para impedir que la población del mochuelo siga descendiendo.

No construyen un nido, sino que aprovechan el material suelto que existe en el interior de un árbol hueco. También es frecuente encontrar nidos en agujeros de muros viejos semiderruidos, en huecos de edificios e incluso pequeñas oquedades en canteras abandonadas.

El grito característico que emiten los mochuelos es un sonido melódico y lastimero formado por una serie de gritos agudos y cortos, que a veces se convierten en un canto parecido al maullido de un gato. A veces es tan parecido que es difícil distinguirlos.


 

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