Pueblos habitados de naturaleza
Los paisajes del hombre en Extremadura están habitados por la naturaleza, convirtiéndose durante este tiempo, febrero, en testigo de cortejos de aves, que transforman los tejados en escenarios ideales para representar sus amores.
- Entendiendo el paisaje , no sólo como una realidad biológica, si no también como una construcción cultural. Por lo tanto los ecosistemas urbanos son, sin duda alguna, paisajes. Hervás (Cáceres) ©andrés bernal
Camino a menudo por la geografía de lo humano. Percibiendo la sociedad extremeña a partir del medio físico que habita. -Siento especial simpatía por los pueblos con aromas de antaño, y que han tenido al hombre como creadores de paisajes-. Pueblos que se han convertido en “hábitats culturales”, cincelados por el tiempo; con construcciones armónicas que forman parte esencial de la propia naturaleza. Arquitecturas amables saturadas de rincones que albergan la belleza de lo sencillo.
Pueblos con calles estrechas, adaptadas a la sinuosidad del terreno. Casas prietas para contagiarse del calor de las chimeneas en los meses de invierno; o calles que se inundan de sombras apaciguadoras de los calores del verano.
Entendiendo el paisaje , no sólo como una realidad biológica, si no también como una construcción cultural. Por lo tanto, los ecosistemas urbanos son sin duda alguna paisajes. Son éstos, espacios ideales para viajeros curiosos; que pueden disfrutar, por ejemplo, interpretando el genuino “ecosistema urbano”. Pueblos con calles estrechas, adaptadas a la sinuosidad del terreno. Casas prietas para contagiarse del calor de las chimeneas en los meses de invierno; o calles que se inundan de sombras apaciguadoras de los calores del verano. Tejados que nos hablan de la pluviometría de la zona: en el Sur, las azoteas abiertas y llanas, te indican de la escasez de lluvias. Mientras, al Norte, los tejados inclinados son libros abiertos de meteorología, donde podemos leer de la abundancia de agua y nieve…Interpretar el entorno urbano está lleno de información. Son, por tanto, estos paisajes urbanos lugares repletos de cultura, historia, arquitectura popular, y también de naturaleza. Como prueba de ello lo tenemos durante el mes de febrero, que añade otro atractivo más – un valor añadido que se dice ahora-: pueblos y ciudades que se convierten en lugares habitados por la biodiversidad. Iglesias, palacios, castillos, casonas,…; que a modo de “faros”, atraen a una gran variedad de aves, y que los utilizarán como principales escenarios para su nidificación. Tejados, espadañas, aleros, cornisas…se convertirán en elementos arquitectónicos repletos de vida- y de nidos-.
La más conspicua protagonista, indiscutiblemente de estos paisajes urbanos, es la enorme y elegante cigüeña blanca
La más conspicua protagonista, indiscutiblemente de estos paisajes urbanos, es la enorme y elegante cigüeña blanca. La cual, ha ido regresando paulatinamente desde el mes de diciembre. Primero han llegado los machos y luego las hembras. Ahora, en estos momentos, ya están asentadas en sus nidos, acicalándolos, defendiéndolos, y seduciendo a su pareja con cortejos muy sonoros. -Vaya, que resulta que los tejados y torres extremeñas se convierten en un espacio para enamorados-.
El macho y la hembra suelen ser fieles a sus parejas– en los pueblos más que en las ciudades-. Una vez que el macho hace ostentación de su nido, controla en todo momento su espacio aéreo. El atractivo episodio de esta especie se desarrolla encima de nuestras cabezas. -Un comportamiento de cortejo que no debemos perdernos, y que lo tenemos al lado-. Esta pauta se denomina “salutación”– y es el reconocimiento de la pareja-. Aquí, en Extremadura, a esta conducta se le llama: “hacer el gazpacho”; y consiste en lo siguiente. Los machos, o la hembras, cuando ven regresar a su amado, reciben un “flechazo de amor y pasión”, y comienzan un ritual lleno de emoción.
El macho en este tiempo tiene el pico y las patas de un color rojo intenso. El ritual de “salutación” proporciona la aceptación y corroboración de la pareja.©andrés bernal
El macho, que en este tiempo tiene el pico y las patas de un color rojo intenso,- como para no estar “colorao”-, comienza su actuación inclinando el cuello y la cabeza hasta tocarse el dorso, posteriormente, y casi sin respiro, vuelve a mover la cabeza hacia delante, y como rindiendo pleitesía, llega casi hasta el suelo del nido. Mientras en todo momento emite su “crotoreo”o “traqueteo”,-un sonido generado por el pico-. Si el flirteo tiene éxito, la hembra responderá con el mismo frenesí, emulando a su pareja en sus ademanes. El ritual de “salutación” proporciona la aceptación y corroboración de la pareja. Es como si se dijeran:-… verdad que eres tú mi amor, claro que si, tonto. Te quiero, y yo más, no yo más…-. Para que luego digan de San Valentín. Es tal la excitación y el desenfreno que la pareja, lo repite una y otra vez, consiguiendo ambos ejecutarlo con una precisión exquisita.
Aumentada la líbido en todo el ambiente, el epílogo lo clausura la cópula. Es entonces cuando el macho se aproximará poco a poco. Se subirá sobre ella manteniendo el equilibrio- hacer el amor con zancos es complicado-, la “picoteará” con delicadeza, a modo de caricias, mientras agita las alas. Una vez culminado el acto, volverán a decirse, te quiero,saludándose otra vez más con un nuevo “crotoreo” por parte de ambos. -Es lo que tiene el amor-.
Los machos, con su cabeza azulada, visten ropajes con colores castaño-rojizo, son muy diferentes de las discretas y ocres hembras.©andrésbernal
Otro habitante, igual de importante que la zancuda, es un pequeño halcón, el cernícalo primilla. Una valiente rapaz con el encanto suficiente para ser denominado por los tuaregs ( habitantes del desierto donde pasan el invierno los cernícalos), como “las lágrimas del cielo”. Tal vez por la habilidad que tienen de cernirse una y otra vez, colgados literalmente del aire.
Este cernícalo, también está llegando en este instante a nuestros pueblos y ciudades. Nada más llegar se asientan en sus colonias, con forma de catedrales, conventuales, iglesias, y demás edificios históricos.©andrésbernal
Este cernícalo, también está llegando en este instante a nuestros pueblos y ciudades. Nada más arribar se asientan en sus colonias, con forma de catedrales, conventuales, iglesias, y demás edificios históricos,-decir que para ellos son enormes moles graníticas perfectas para nidificar-. Su tarjeta de presentación son sus característicos sonidos: “quii-quii” o “quii-quiqui” que sonorizan todo el cielo urbano. Les gusta hacerse de notar.
Los machos, con su cabeza azulada, visten ropajes con colores azules y castaño-rojizo, son muy diferentes de las discretas y ocres hembras. Estos galanes son los primeros en llegar al lugar de cría. Ha sido una carrera desde sus lugares de invernada en África. Son gregarios y hay mucha competencia, el llegar el primero tiene premio: conseguir los mejores lugares para nidificar; debajo de una teja, en un hueco en la pared, o en un mechinal; sin descartar otros.
Cuando el amor aparece, y la hembra acepta los presentes, el cortejo tiene como colofón una serie de constantes cópulas que se prolongarán durante días.©andrésbernal
Una vez elegido lo defienden a “capa y garras”– son normales las reyertas entre machos-. Una vez asegurado el hogar,-sin pagar hipoteca-, comienza el control aéreo para atraer a las hembras. Los cielos de muchos pueblos extremeños se convierten en una algarabía de vuelos y cantos que se vuelven más estridentes. El “ligoteo” alcanza su cenit cuando los machos presumen ante su amada, trayéndole presas -cuanto más grande mejor- .Los machos tratan de atraer a las hembras con vehemencia y poniéndole mucha pasión. Cuando el amor aparece, y la hembra acepta los presentes, el cortejo tiene como colofón una serie de constantes cópulas que se prolongarán durante días.– Y hasta aquí puede escribir sin dar más detalles para no sonrojar al lector-.
Andrés Bernal García