El conocido maestro de obras municipales de la primera mitad del siglo XX, marcó toda una época en la Arquitectura de Plasencia. Con sus intervenciones, transformó la estética de la ciudad al introducir las nuevas arquitecturas de finales del siglo XIX y principios del XX, que aportaron un indudable aire de modernidad a la vieja urbe medieval. Por suerte, aún se conserva una buena parte de su obra, contando con algunos edificios verdaderamente significativos en el panorama general de la arquitectura placentina. Baste citar la fachada neopalaciega de la Casa de las Dos Torres o el edificio del Manjuli, en la plaza mayor. Fue, durante mucho tiempo,el constructor y diseñador de edificios preferido de la clase burguesa placentina.
Paco Mirón (1888 – 1971) pertenecía a una familia de maestros de obra y hereda una larga tradición de conocimientos y experiencia manual en el arte de construir edificios. Su espíritu inquieto y sus indudables dotes artísticas le llevaron a no conformarse con seguir la tradición y repetir los modelos y técnicas aprendidos de su padre. La afición que desde niño tuvo al dibujo le abrió nuevas puertas al conocimiento técnico de su oficio y con su formación en dibujo técnico es capaz de solucionar problemas, imposibles para los métodos rudimentarios al uso.
Continúa aprendiendo en sus viajes a las grandes ciudades de España: Sevilla, Madrid, Barcelona… Admiró y estudió a los grandes maestros que trabajaron en la Catedral (tallistas, constructores, canteros, herreros, entalladores), a la que consideraba “joya de la arquitectura local”; no en vano fue su libro de cabecera el inédito, entonces, de Benavides Checa sobre la construcción de la Catedral, del que atesoraba una copia.
Entre sus muchas aportaciones, quizá sea la más importante la introducción del uso del hormigón armado para estructuras, siendo el primer constructor extremeño en usarlo. Aprendió esta técnica en Barcelona, junto al ingeniero Ángel Pueyo, en las obras de los Astilleros y del Hotel Ritz. El primer edificio de hormigón lo construyó en Plasencia: La Plaza de Abastos (1933), que constituye un hito en la historia de la arquitectura de Extremadura y de la ciudad.
Finalmente, hay otro Paco Mirón más desconocido: el pintor y decorador. La familia guarda numerosos lienzos con óleos pintados por este singular artista, que no estaría mal reunir en una exposición de reconocimiento y repaso a su extensa obra. Y otro totalmente olvidado: el articulista de El Regional, de la Revista ORTUS, y de otras publicaciones locales. Es necesario hacer un repaso a su amplia e interesante obra. Desde aquí iremos haciendo pequeñas aportaciones.