Como continuación de su visita a Extremadura que recogimos en la entrada anterior Charlton Heston, además de revivir la Roma Imperial en Mérida, pudo también sentirse de nuevo caballero medieval en el Parador de Jarandilla, que visitó el 12 de abril de 1975.
Habían pasado ya 14 años desde el mítico rodaje que lo trajo anteriormente a España durante tres meses. Fue con la ocasión de rodar El Cid, película muy del gusto de la época y uno de los clásicos del cine histórico.
Bajo la dirección de Anthony Mann, y con Samuel Bronston como productor, supuso la continuación del cine histórico español que anteriormente había tenido tanto éxito con nombres como Alba de América o Jeromin. Esta vez en technicolor y dobladas.
La figura gallarda de Heston, su interpretación serena y profunda le hicieron encarnar de un modo ideal las virtudes del héroe español.
El rodaje transcurrió precisamente en varios castillos y fortalezas ( Belmonte, Manzanares, Peníscola, Ripoll y Colmenar Viejo), por lo que el actor estaba sumamente familiarizado con las almenas y adarves.
Conviene recordar también la magnífica documentación histórica de la película, entre cuyos asesores se contó con el historiador de enorme prestigio D. Ramón Menéndez Pidal.
También se ocupó de la cetrería un entonces joven naturalista, Félix Rodríguez de la Fuente.
En Jarandilla el actor durmió en la suite acondicionada al efecto en el recién inaugurado Parador.
En la sala de estar pudo también disfrutar de “la chimenea del emperador”, testigo de la espera de Carlos V para el acondicionamiento del Monasterio de Yuste en su destino definitivo.
Recogemos el recorte del HOY de la fecha.