El Monasterio de Yuste fue como sabemos el lugar escogido por el Emperador para pasar sus últimos días. Son muy curiosas las noticias que sobre su vida cotidiana podemos recabar de su testamento y codicilos que fueron publicados ya en 1630 como testimonio de valor respecto al Gobierno del Estado, así como, una innegable fuente de conocimiento sociológico. El Emperador vivía como corresponde a quien está acogido a la hospitalidad de un convento, pero también con todas las posibilidades que le proporcionaba su alto rango.
Son conocidos los enseres e instrumentos de la cervecería que se hizo instalar, la panetería de boca, la botica con Peter Van Overstraeten, boticario flamenco a su servicio, su médico el doctor Enrique Mathesio, su relojero, el afamado italiano Juanelo Turriano, encargado del mantenimiento de su gran colección de relojes, que además de componer un reloj de sol, entretenía a Carlos V con la fabricación de figuras articuladas y realizaría las obras hidráulicas en Yuste.
Pero hoy queremos detenernos en otro guiri, venido por estas tierras, y al que debemos las vistas contemporáneas del retiro del Emperador, el pintor y grabador Anton Van den Wyngaerde. Nos da noticia de su obra Antonio Perla, en un documentado artículo, publicado en la revista Espacio, Tiempo y Forma de la UNED, y en el que nos descubre una obra inédita hasta la fecha que dibuja de visu las estancias de Carlos V. Anton van den Wyngaerde también Anton van der Wyngaerde o Antoon van den Wijngaerde, conocido en España como Antonio de las Viñas o Antón de Bruselas y en Inglaterra como Anthony van den Wyngaerde, nació en Amberes en 1525 y murió en 1571 en Madrid.
Van den Wyngaerde ejecutó un abultado número de vistas de las ciudades y pueblos españoles que poseían especiales significados para la corona y junto a ellas, las de algunos de sus edificios más representativos.
Para llevar a cabo el encargo que le hiciera Felipe II, realizó diferentes viajes por nuestra geografía entre los años 1562 y 1571. En 1567, al final de uno de estos viajes, dibujó el monasterio de Guadalupe y después la ciudad de Talavera de La Reina.
Perla cree que entre uno y otra se desplazó a Yuste a levantar una vista del palacio en el que muriera Carlos V, que, como es sobradamente sabido, está pegado al monasterio de San Jerónimo. El dibujo que suponemos realizara, perteneciente a la Albertina, ha pasado hasta ahora inadvertido, posiblemente por las que consideramos sus erróneas atribuciones. El autor demuestra por qué debe considerarse a Wyngaerde autor del mismo y cuál es la importante información que nos aporta sobre el palacio del Emperador.
Proporcionamos un plano del Monasterio y Palacio, así como, la obra en cuestión.