La fisonomía de las ciudades cambia poco a poco, pero cambia. Aún sus monumentos más representativos acaban modificándose en detalles, y el paisaje urbano plasmado en calles y plazas también sufre alteraciones a lo largo del tiempo.
Así ocurre con las fotografías que Antonio Passaporte, a quien dedicamos una entrada anterior, realizó en Badajoz y Mérida a mediados de los años treinta del siglo pasado, hace ya ochenta años.