El encuentro entre Obama y Xi Jinping después de su visita a Costa Rica, Trinidad y Tobago, y México, refleja la importancia que China le da a América como continente en su disputa por convertirse en la primera potencia económica mundial. Ya pasó la época de la guerra fría en los tiempos en que Rusia y Estados Unidos se disputaban el dominio hegemónico donde funcionaba el teléfono rojo entre el eje Moscú y Washintong a donde conjuntamente cuando alguno de sus aliados amenazaba con la paz de la guerra fría que juntos habían convenido para evitar una confrontación de carácter mundial. Y en esa guerra adonde las ojivas nucleares que ambas potencias tenían colocadas en Europa y en la U.R.S.S. mediante sus acuerdos en la Otan y y el Pacto de Varsovia respectivamente, y que apuntaban indistintamente a todos contra todos donde China aparentemente jugaba un papel secundario a pesar de su influencia en el océano Pacífico ninguno preveía que los mundos que vivían irían a cambiar drásticamente con l caida del muro de Berlín, el fracaso del socialismo por su atiborrada burocracia, y por que simplemente el desarrollo de la tecnología hacía que los seres humanos quisieran unas libertades muy diferentes a las que pregonaban que cada cual ganaba de acuerdo a su labor, y a esas ideas que en general terminaron arrinconadas ante una estructura que resultó incopentente ante los avances científicos del ser humano en otras partes de nuestro universo; y no porque fueran condescendientes con los más menesterosos, si no porque al fin y al cabo estaban dando al traste con unas formas rudimentarias de los modos de producción que en su momento parecieron ser los más eficaces. Más producción económica a menores costos, y más satisfacciones personales a aquellos que usando las nuevas tecnologías hacían más grata la existencia del ser humano.
La caída del bloque socialista mientras en China se daba su famosa revolución maoista que desencadenó con la muerte de Mao el ocaso de toda una política tras la persecución y purga de la banda de los cuatro adonde estaba su viuda, y que bajo otras sendas de carácter político y económica permitieron el desarrollo de una industria tanto en el plano tecnológico como en su desarrollo interno, que dejaron atrás esas viejas rencillas ideológicas y de poder ante la propuesta de Reagan con su proyecto fracasado de “Las guerras de las galaxias”, y que además hicieron comprender a los Estados Unidos que en China lo que había era un mercado de más de mil millones personas, y que Nixon concibiera con su visita a China por parte de un mandatario estadounidense, le abriría las puertas a Coca Cola y a muchos de los productos norteamericanos adonde estaban incluidos Hollywood y toda la parafernalia que compone nuestra sociedad occidental y que nos caracteriza como tales con las comidas rápidas y el modo de vida al estilo americano. Sus dirigentes lo han vivido y han estudiado en universidades norteamericanas, y según lo afirma el presidente Xi Jinping en su visita reciente cuando dice que 400 millones de Chinos estarán viajando durante estos años por nuestro continente y por el mundo gracias a su desarrollo económico que cada ocho años de acuerdo a sus planes económicos han estado duplicado su capacidad económica, que sobrepasa a todas las grandes potencias occidentales, que incluso el desarrollo económico del Brasil que lo coloca como potencia por encima de México Argentina y Colombia, han convertido a este país en la prioridad como mercado para conquistar adonde los Estados Unidos han tenido que aceptar que el mundo ha cambiado, y que le conviene tanto a la China como los mismos Estados Unidos aliarse con los países Latinos en su conquista por esos mercados del Asia para poder competir de igual a igual a donde todos salgan beneficiados, cosa que cualquiera puede dudar porque siempre en esos tratados y en esos acuerdos de libre mercado, es probable que las dos potencias siempre resulten más benficiadas.
Ya han pasado más de quinientos años y muchos más, desde que Marco Polo viajó por las tierras de donde se llevaban las especias hasta Europa, que generaron la conquista de los primeros aventureros que con Colón trataron de llegar primeros a la India y a aquellos lugares de la China de los cuales les contó Marco Polo, convencidos que la tierra era redonda, que para evadirse de los peligros que ocasionaban dichos viajes en pos de la conquista de dichos productores, ocasionaron el descubrimiento de un continente desconocido para ellos, y que debido a ello durante siglos ejerció su influencia para la conquista y el vasallaje en torno a lo que ha dado en llamarse “El Sueño Americano”.
Ahora sucede lo mismo y Xi Jinping lo ha ratificado en su reciente visita a estas tierras de América cuando nos habla de ese otro sueño a nivel mundial, llamado por él mismo “El Sueño Chino”. En Trinidad y Tobago tienen sus negocios asegurados respecto de sus grandes recursos de gas que poseen, mientras en Costa Rica se proponen lo ayudarlos en el desarrollo de su infraestructura terrestre, cuando ya han proyectado conjuntamente con Nicaragua construir un canal ínter oceánico que ayude a que la capacidad del actual canal de Panamá en los servicios que presta, y que se está repotenciando para dar cabida a los grandes buques de ultramar que por allí no pueden pasar.
Sus compras de soya transgénica Argentina y a Brasil más su reciente compras en chatarra y minerales que necesitan para mantener su producción económica que va desde productos de consumos masivos de lo que nosotros llamamos como accesorios donde perfumes, ropa, calzado y toda una cantidad de vituallas que los seres humanos necesitamos en esta sociedad de consumo, hasta la producción de computadores, armamentos, satélites, y toda la tecnología de punta en lo electrónico, que los obliga a tener que allanar acuerdos de libre comercio, pues sus barcos con su banderas en los príncipales puertos del mundo con sus mercancías abastecen a buenos precios y con calidades que pudiendo ser menos con los productos de los otros países y potencias occidentales, están inundando desde hace años todas las mercaderías del mundo. Su comercio ha crecido, y necesita que buena parte de lo que producen otros continentes abastezcan sus sus industrias ya sea mediante manufacturas en cada uno de los países a donde están abriendo con sus acuerdos relaciones comerciales, o simplemente comprando como lo han hecho con el petróleo y el acero a nivel mundial para poder continuar con el funcionamiento de su industria, ni que decir cuando ahora entre sus manos está la orientación política para redimir de la pobreza y miseria a una población interna que también quiere en sus feudos en aquel país tan grande participar del progreso que brindan sus ciudades costeras.
“El Sueño Chino” tal y como lo dejó entrever Xi Jimpig en su última visita refleja que quiere convertirse en la primera potencia mundial sin sobresaltos de guerras por la conquista de los nuevos mercados. Así parece que Obama y los dirigentes del mundo occidental lo han entendido.
Esos sueños que forjó Marco Polo basado en sus viajes a China, que después forjaron el “Sueño Americano”, han dado vía libre al sueño Chino. Todos quieren negociar con este país, a pesar que generó guerras frustradas con la revolución maoista que todavía persiste en Afganistán y en otros países del mundo asiático. Y China con su actual visita mediante la voz de su máximo líder lo ha ratificado:
“El Sueño Chino” también es una realidad que todos quieren conquistar.
No solo es para ellos, sino también para todos aquellos que quieren participar de esos mercados que posiblemente están abiertos para conquistar, así muchos fracasen en sus intentos.