Para bien o para mal, todo cambia. Morsi, el nuevo presidente Egipcio, el representante de los hermanos musulmanes que fueron perseguidos y llevados al ostracismo por Mubarack durante años, y a pesar que los militares que debido a la presión popular no solo detentaron el poder, si no que coadyuvaron a que el que en otrora fuera el exponente de los nacionalismos que se dieron en le mundo árabe, tuviera que resignarse a renunciar, quisieron impedir que éstos con Morsi llegaran al poder.

Cercanos a las milicias de Al Quaeda, y a los palestinos en sus luchas, y convertido en cofradías secretas que se fueron  regando por todos los países que han dado en llamarse en “la revolución de la primavera árabe” , ahora han logrado llegar al poder, a pesar que fueron perseguidos en todos ellos; pero que mediante su forma de actuar lograron convertirse en los representantes de estos pueblos que nunca habían tenido una verdadera democracia.

El temor de los cristianos(los coptos) y de otras minorías religiosas, que creían que de ganar éstos las persecuciones se desatarían, hasta ahora no ha llegado. El temor de los israelíes de que los militares entregaran el poder a éstos, pues en su estabilidad en el medio oriente a pesar de las flaquezas anti democráticas de sus gobernante,  los militares demostraron que con ellos no se desataría el polvorín que todos preveían para la región si el islam llegara a gobernar.

En estos escasos meses que llevan las revueltas, lo avisorado  por todas la potencias, y en especial las de los Estados Unidos no se han cumplido. Como buenos políticos que comparten su fe, hasta ahora lo que se vislumbra es el acomodamiento de unas nuevas fuerzas sociales, en la que los militares juegan un papel importante, pues su ejercito siempre ha estado comprometido y subsidiado por éstos, que los han hecho ser fieles a la propuesta de convivencia con el estado judío.

Y en medio de esas turbulencias que ahora se libran en Siria porque ni China y Rusia ceden en su apoyo a la minoría étnica y religiosa aluista, que han convertido a toda esa lucha estratégica que libran estas grandes potencias en el medio oriente, ya se sabe que los hermanos musulmanes están dispuestos a no querellarse con la ayuda que los Estados Unidos dan al ejército Egipcio, pero tampoco a ceder mucho para que sus seguidores entren en ese campo de la violencia popular que fue la que destronó a Mubarack, pero que dejó incólume a los militares jefes de las filas del ejército que se decidieron por hacerlo abandonar el poder, y muy al contrario de lo que sucedió en Libia.

Mientras en Siria se libra otra batalla impensada porque se creía que la minoría del Assad estaría de acuerdo con  la propuesta de paz de la O.N.U.de  Kofi Annan, al haber aceptado la presencia de sus observadores, lo que a seguido es la continuación de la guerra, que se ha exacerbado más con la deserción de sus aliados sunistas, que son y han sido el verdadero soporte de su poder.

Que estén dispuestos a ceder el gobierno a otro mediante el allanamiento a un acuerdo con sus contradictores es improbable, porque ya a cogido fuerza el ejército libre de [Siria, y porque ya hay muchos gobiernos interesados en que termine su hegemonía.

Si Rusia ha cedido en su planteamiento, y los mejores socios del Assad lo están dejando a pesar que sus militares se resisten porque la mayoría son parte de esa minoría religiosa, y temen lo que les puede pasar si el gobierno se cae, y si El Líbano   sigue haciendo parte de los esfuerzos por dar su apoyo a los que han tenido que huir de sus tierras por la devastación del régimen, es probable que en su huida, surja una  división del país, que favorecería a los intereses que Israel y los Estados Unidos tienen respecto de estos conflicto que parecen no tener solución ante un Irán que todavía no ha aceptado la culminación de sus programas nucleares.

El acercamiento de los Estados Unidos a un gobierno de los hermanos musulmanes encabezados por Morsi en Egipto, cosa que era impensable hace poco tiempo, es parte de los nuevos tiempos que se viven.

Algo parecido a lo que se dio en su momento con el Glasnov ruso, en los tiempos de los viejos países de la cortina de hierro.

Ibagué