Minuteman ni más ni menos quiere significar que ciudadanos voluntarios de los Estados Unidos, por su propia voluntad estén dispuestos a defender su patria en cuestión de minutos contra algo que atente a su idiosincrasia o que constriña su libertad, y que refleja en parte el imaginario de los antiguos colonos que en cuestión de minutos estaban prestos a defender las tierras que les habían quitado a los primitivos indígenas. Lo que en otros países bien podría ser organismos paralelos constituidos por ciudadanos dispuestos a defender sus respectivas patrias o naciones de las posibles conspiraciones de grupos apátridas o como se les dice ahora: Terroristas o narcotraficantes, o cualquier otra cosa que se quiera dar a significar. Al fin y al cabo hacemos parte de la modernidad, y esos viejos conceptos con sus nombres han cambiado.
Y no es que se trate criticar, por que al fin y al cabo nuestra cultura y nuestros pueblos se han forjado sobre barbaries donde los que han detentado el poder han sido los vencedores por tener las armas más contundentes, que incluso con la creación de la “Bomba atómica” basados en los descubrimientos científicos del plutonio y la teoría de Einstein, los estadounidenses con su uso en Nagasaki e Hiroshina pretendieron mediante ésta amedrentar no solo a los vencidos, si no también a todos los otros estados que como Rusia, Inglaterra, Francia, y demás aliados salieron victoriosos contra la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, y el Japón del emperador Hirohito que gobernaba como un dios a sus guerreros desde tiempos ancestrales con sus costumbres del harakari donde se inmolaban tal y como hoy lo hacen los seguidores de Mahoma, aunque estos últimos lo hacen por un Dios, y los otros lo hacían por su soberano y el honor de su familia.
De manera contundente quisieron demostrar su poderío utilizando la bomba nuclear a pesar que ya no la necesitaban, pero que los famosos halcones de la guerra la esgrimieron como arma en medio de un hermetismo total, antes de utilizarla.
Y es que así ha sido nuestra historia. Una historia plagada de violencias, que en el imaginario colectivo de los pueblos a pesar de nuestro desarrollo social, y de los avances como estados donde las leyes que nos rigen a diferencia de lo que fueron las primeras manifestaciones del hombre por impedir que el uso de la fuerza fuera para la totalidad de los pueblos fueran un yugo; estas leyes los protegieran del derecho a existir y a saborear todo lo que nos da la vida y la naturaleza para disfrutarla, pues somos pasajeros y compañeros de viaje en este universo que parece surgió de una explosión, sin saber todavía sí existen otros seres pensantes en cualquier otra parte del mundo.
El derecho natural a la vida que por el solo hecho de nacer y de vivir que las constituciones de todos los países del mundo civilizado protegen de los que atentan contra ella mediante la constricción por las autoridades policiales, o en últimos casos por los ejércitos cuando se trata de la defensa de la soberanía de los países.
Esa minuteman que hace parte de todo este conglomerado social donde vivió Mark Tawin, y de quien dijo Willian Faulkner que éste había sido el iniciador de la novela en su país, en ese medio social de la cual justo el mismo escritor nos narraría de manera desgarrada las desventuras de este pueblo en la guerra de secesión, tal y como hoy posiblemente con el sonado caso del joven norteamericano de apellido Lanza, que entrando al colegio donde su madre era profesora, asesinó a unos niños indefensos, después de haberla matado en su propia casa con las mismas armas que ella legalmente había adquirido, por ser amante y practicante del uso de las mismas en un país que mediante la segunda enmienda de la constitución los favorece a tener derecho al uso de las armas de manera legal basado en que siendo un país tan grande, y que existen muchas partes de su territorio donde la ley mediante sus fuerzas policiales no hacen su presencia activa, y por que su espíritu individualista los hace merecedores a que ellos mismos se defiendan cuando ven que algún infractor los quiera amilanar ante sus derechos individuales, y porque durante todo este tiempo desde la declaración de su independencia, los grandes benefactores de los grupos políticos que los gobiernan son los fabricantes de armas, sin que nadie se atreva a atacar la segunda enmienda de su constitución, que más que un negocio es en cierta medida el sustento de una economía dedicada al comercio de las armas en el mundo.
Y a ese imaginario que al estilo del viejo oeste norteamericano se ha formado, tal y como lo hemos visto en las viejas películas sobre este tema, de John Waine, Ronald Repagan, y otros, bien pudiéramos decir que los norteamericanos han creado sin proponérselo dicha tragedia que hoy los enluta, cuando un joven haciendo eco de sus instintos criminales hacer llorar a un presidente en medio de su alocución desatando todo un dolor en su pueblo por este aleve asesinato.
“Cría cuervos, y te sacarán los ojos”, así pudiera ser el sentido de este blog, y el siguiente que viene sobre esos intrincados mundos en que un joven atenta contra los más sagrados derechos de las vidas de sus semejantes, incluyendo a la de su propia madre porque hace parte de ese imaginario desolador que la televisión, los medios de comunicación y la propia cultura que estamos forjando con esas guerras que han desbastado a millones de hombres en el mundo, y las consecuencias de una política gubernamental que todavía cree que esas armas deben estar en manos de los particulares y no en las del estado como propietario de la soberanía que el pueblo le da para que proteja a sus ciudadanos inermes, como en el caso de éstos niños que murieron sin saber porqué, pero que los medios deberían a la vez de denunciar estos hechos sucedidos, también tendrían que poner el dedo en la yaga de lo que representa esa enmienda que favorece la libertad de comprar y vender armas a los ciudadanos de manera legal y sin ningún control, porque así seguramente no se repetirían de manera constante estos actos criminales en su país, y porque existiendo este veto tal vez éstos niños no estarían muertos.
Y claro…