Estimados lectores, de comparaciones va el artículo, como podrán ver se basa en dos cartas (ya habrán podido comprobar que me gusta mucho la estructura epistolar). Lo que pretendo que se refleje en esta carta es la diferencia entre una carta del siglo veinte, la primera carta es una historia de amor entre un joven conquistador español y una doncella africana de las tierras conquistadas por el joven. En el primer ejemplo podremos ver con claridad un ejemplo de carta romántica con pulida estructura y abundantes adornos, por lo que podremos entender que en esta época, las clases altas cuidaban mucho su expresión.
En segundo lugar tenemos otra carta pero esta vez de nuestra época, siglo veintiuno, año dos mil dieciocho. Época de las nuevas tecnologías, de las redes sociales, etc. En este segundo ejemplo tenemos una clara dejadez hacia la lengua, un lenguaje basto y poco elegante, algunas palabras inadecuadas que no tienen cabida en el lenguaje literario clásico y ciertos errores de puntuación hechos a propósito para realzar más el error.
Espero que les guste.
Estimada Shaira: 12-Julio-1942
Habrás de dispensarme por la cantidad de tiempo que llevo sin escribirte, no me ha sido posible hacerlo con anterioridad. Como te dije, cuando aún me hallaba allá en tu tierra, pretenden casarme con una joven de la nobleza. Ni siquiera la conozco en persona, pero ya sabes, mi mundo es muy diferente al tuyo y los matrimonios de conveniencia están a la orden del día. Me siento en la necesidad de decirte que lo siento, te prometí que me marcharía contigo de allí, te juré y perjuré que nadie podría separarnos… y ahora me siento demasiado culpable por haber hecho juramentos en vano, por haberte “engañado” en cierto modo.
Te sigo amando como el primer día, mi poetisa, te sigo amando como la primera vez que tus brillantes ojos chocolate se cruzaron en mi camino, te amo aunque me obliguen a casarme con otra mujer. A pesar de todo te amo, porque jamás en mi vida conocí a alguien como tú, alguien con color negro en la piel, pero blanco en el corazón. Quisiera prometerte que vamos a volver a vernos, que algún día volveré a ese lugar donde nos conocimos, que seguiré luchando contra viento y marea para verte durante al menos unos instantes más en mi vida, que jamás volveré a besar a otra mujer, que me mantendré intacto para ti, pero no quiero volver a cometer el mismo error de jurar algo para que luego, no pueda ser cumplido.
Pero, mi amor, sigo vivo y mientras yo siga con vida, sí que te puedo prometer que tú estarás en mí, no te soltaré en ningún momento, no corresponderá mi corazón a nadie que no seas tú, me mantendré firme, conviviré, tendré descendencia con otra mujer, pero tú eres mi verdadera mujer, tú eres mi verdadero matrimonio.
No sabes bien lo difícil que me resulta levantarme por las mañanas y encontrar vacío el hueco a mi lado y no es tanto eso, supongo que es más, el que tú no estés a mi lado, creo que me acostumbré a encontrarte cada día al despertar.
¿Sabes? A menudo te recuerdo en las pequeñas cosas, te recuerdo cuando la cocinera me prepara una infusión por la mañana, a veces tengo la teoría de que eres hechicera, tus hierbas saben muchísimo mejor que todos estos brebajes de Madrid. Te recuerdo también cuando estoy a punto de irme a dormir, me viene tu aroma a la mente. Y no puedo seguir escribiendo, mi vida,,, no puedo porque siempre leí historias de amor escritas en verso, las consideraba historias ridículas sin sentido alguno, ¿hombres blancos enamorándose de mujeres de raza negra? Eso es imposible, las mujeres negras no valen para nada. Esa era mi opinión de racista y animal. Me arrepiento de haber pensado todo eso, pues ahora que te conozco he de decir que jamás podré encontrar a alguien como tú, a nadie…
Pero fuimos felices, Shaira, quiero que te quedes con eso, que albergues en tu corazón los buenos y no tan buenos momentos que vivimos juntos y que seas feliz, que seas feliz sin mí… quiero que vivas, cariño, que vivas a pesar de las adversidades, que salgas adelante con tu inteligencia, con tu bondad, busca tu libertad, busca aquello que te haga sonreír, al fin y al cabo, yo ya lo encontré y permanecerá en mi alma por siempre…
Pd: cuida de nuestra pequeña, mi amor, esa que con nuestro amor fue engendrada.
Te ama:
Mauro Castro Velázquez.
Querida Inés:
13-Enero-2018
Hola cariño, como sé que te encantan estas cursiladas, te mando una carta desde Dublín, como ya sabes, estaré aquí varios meses por mi beca Erasmus, supongo que hablaremos esta noche por WhatsApp, pero aun así, te echo de menos, me había acostumbrado a estar todos los días contigo y ahora me resulta complicado hacerlo todo sin ti.
¿Recuerdas los paseos por el Pardo y los días de cine? Yo lo tengo presente continuamente y por más que me empeñe en olvidarme de ti durante un día, no puedo conseguirlo, estás demasiado metida en mi piel. Aún no he hecho demasiados amigos, es cierto que hablo con un par de chicos durante las clases, pero no tengo suficiente confianza con ellos, tienen su pandilla de amigos y quieras o no es complicado.
Te necesito, ¿sabes? Odio llamarte y darme cuenta de que estás a miles de kilómetros de distancia, me siento solo en esta maldita ciudad. Me encanta, pero a la vez no, porque es muy difícil habituarse a estar solo, amor, es muy difícil. Los profesores intentan ayudarme, pero tampoco quiero que se tomen molestias, pues lo único que necesito es tenerte a mi lado.
Mi apetito sexual es muy alto de vez en cuando, con bastante frecuencia he de decir, pero es que joder, no estás aquí y no puedo satisfacerlo del todo… perdón, tenía que hacer el inciso. Puedo haber sonado un poco borde e interesado, pero no era mi intención, ya me conoces. Casi cuatro años de relación, quedan un par de meses para ello. Intentaré ahorrar con el trabajo en el que estoy ahora, me contrataron en un pub los fines de semana, la verdad se gana bastante pasta, y creo que para entonces habré reunido el dinero suficiente para ir a verte; además ese mes tengo pocos exámenes y no será muy difícil escaparse unos días.
Sabía que esto iba a ser duro, pero sinceramente, no me imaginaba que tanto. Y ya me quedé sin ideas para continuar llenando este folio, sabes que no me gusta escribir, aun así lo hago porque a ti al parecer te encanta. Pero es que ni siquiera sé cómo se manda una carta, es bastante patético, ¿hay que comprar un sello y esas cosas del año de la posguerra? Vale, al parecer sí, de todas formas preguntaré a mis profesores, lo mismo ellos sí que saben lo que hacer.
Me han dicho mis padres que has pasado por casa, aún recuerdo cuando te conocieron, te quisieron al primer golpe de vista. Me acuerdo que cuando te fuiste tras la cena, mi madre entró en mi habitación y me pidió que me sentara en la cama, la verdad me asusté, imagínate, pensaba que me iba a dar una mala noticia, pero sus palabras fueron las siguientes:
“Me gusta mucho esa chica para ti, cariño, se le ve la bondad a la legua, cuídala bien”
Me sorprendió gratamente, pero a la vez sus palabras me dieron miedo, no quería hacerte daño, y a veces cuando discutimos por cualquier cosa, me acuerdo de la frase de mi madre, lo que más me aterra en este mundo es perderte, mi amor…
Espero que al menos esta burda carta te haya hecho sonreír, soy un pésimo escritor y encima los signos de puntuación no son lo mío, lo siento mucho, soy un desastre andante. En fin, no importa, le ruego a todos los dioses que por lo menos te hayas reído de mi estupidez.
Pd: que tengas una buena semana
Te amo Princesa.
Marcos González Saldaña.