Dándole un repaso a mis apuntes de historia, tema a tema, pasando desde la prehistoria a través de revoluciones, de reyes, de repúblicas, de dictaduras, de constituciones, de declaraciones de derechos, y un largo etcétera hasta llegar a nuestros días, se puede apreciar a simple vista que hemos evolucionado bastante. No sólo hemos evolucionado en el campo de la ciencia, la medicina o la informática, si no en cuestiones de sexualidad, de respeto y de libertades, que antes se consideraban impensables. Hace 20 años el mundo cambió de manera drástica, dando paso a una sociedad totalmente distinta. Los 90 fue la década dónde los medios de comunicación y el cine se expandían mostrándonos aspectos de la vida que antes no eran visibles en pantalla, dónde existía una televisión mucho más cercana a las personas a través de los “realities”, las series, las telenovelas, dónde la revolución de la tecnología se olía en el aire y cada vez era más fácil acceder a un ordenador, Internet era una realidad naciente en todos los hogares y Kurt Cobain se convertía en un ídolo de masas hasta después de su trágica muerte, pero como él decía: “Mi memoria existe, mi recuerdo vivirá siempre, y mi música en la gloria será la salvación del maldito infierno donde habitamos”
Todo ello ha sido fruto de personas que han transformado el mundo. En la actualidad se habla mucho de los derechos humanos, pero existe un gran desconocimiento a pesar de que desde después de la Segunda Guerra Mundial en 1945, la ONU observó la necesidad de que todo el mundo gozara de los derechos y libertades fundamentales. Finalmente los derechos humanos se proclamaron el 10 de diciembre de 1948, en París, con el propósito de que fueran respetados por todos, y nos brindaran un mundo dónde todos pudiéramos ser libres y sin distinciones.
Pero eso no se ha conseguido de la noche a la mañana, si no que se ha conseguido con sudor, sangre, esfuerzo y dedicación de personas que han puesto todo su empeño en formar la sociedad que hoy se nos muestra ante nuestros ojos.
Hoy, las mujeres no estamos sometidas a ningún hombre y podemos luchar por nuestros derechos.
Hoy, las mujeres podemos ejercer cualquier trabajo, estudiar lo que queramos y votar acorde con nuestros ideales.
Hoy, la sexualidad femenina es cada vez más abierta. Antes las familias tenían los hijos que fueran necesarios, fueran uno o quince. Después fueron las mujeres el motor de la familia y se trasladaron a empleos en los que daban rienda suelta a lo que se les daba realmente bien y lo que verdaderamente deseaban. Tomaban el control de sus vidas y decidían lo que querían o necesitaban, cuando ellas lo querían y cómo lo querían, lo que se convirtió en un gran empoderamiento del poder femenino.
Hoy, el cine, el arte y los medios nos muestran la realidad tal y como es, dejando a los artistas ser libres en sus creaciones, y sin ninguna objeción, siendo simplemente fieles a sus ideales.
Hoy, los periodistas pueden dar su punto de vista y decir lo que piensan sin que nadie les diga lo que deben mostrar al exterior.
Hoy, las personas pertenecientes al colectivo LGTBIQ+ son más aceptadas, tienen un día en el cual pueden manifestarse y luchar por los derechos que les quedan por conseguir y tienen sus banderas colgadas mostrando que son libres de mostrarse tal y como son.
Hoy, personas del mismo sexo pueden besarse y darse la mano, mostrando su sexualidad en público. Hoy, los hombres pueden ir maquillados y vestidos con tacones y faldas.
Hoy, a pesar de que tristemente la homosexualidad está castigada en siete países con la pena de muerte, en muchos otros es legal el matrimonio entre dos personas del mismo sexo y tienen derecho a adoptar, lo cual cada vez debe extenderse más y dar a conocer la base de todo lo que nos rodea: el amor sin distinciones.
Sin embargo, tristemente hay personas que no están de acuerdo con dejar completa libertad a todos, personas que siguen haciendo apología de “atar” y despojar de libertad a personas por mostrar abiertamente su sexualidad o por desear tener los mismos derechos y la misma aceptación social, independientemente de su lugar de origen, de las personas a las que amen o de su sexo, acabando con todas las libertades anteriormente nombradas y acabando por consiguiente con el esfuerzo de miles de personas que han luchado para que lleguemos a lo que actualmente hemos llegado. Existen personas que atentan contra nuestros derechos, por ejemplo rechazando a personas de origen diferente, quitando las banderas del orgullo LGTBIQ+, no dejando a la mujer tomar la decisión de no ser esclavas de sus errores, hacer lo que consideran más adecuado para su futuro y el del fruto de una violación, un amor no correspondido o el momento incorrecto, problemas que pueden ser solucionados a través del aborto.
Con todo eso, quería hacer un llamamiento a todas las personas que podrán votar en la siguientes elecciones para que se tomen un tiempo en mirar dentro de sí mismos y buscar sus principios, en leerse los programas de todos los partidos que se presentan a dichas elecciones y lo más importante, en ir a votar, votando no solo en beneficio propio, si no empatizando con los demás, respetando al prójimo y dejando que todos seamos libres, por qué al fin y al cabo todos somos seres humanos, que hemos nacido y acabaremos del mismo modo. Y votemos por conseguir respeto, libertad y lograr que el lugar donde vivimos sea plenamente libre e igual para todos, dónde nadie pueda decidir sobre nuestra libertad y los derechos que nos corresponden.