¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú.
Esta es la Rima XXI de Bécquer. Una obra a la poesía entendida por los románticos como expresión del arte para ensalzar la belleza, en este caso, identificada en el rostro humano. Esta breve obra nos sirve para situarnos en el tema que hoy nos concierne. Loreto Sesma, Miguel Gane, Elvira Sastre… ¿Les suenan estos nombres? Todos ellos son algunos de los poetas más reconocidos en el panorama actual español. Cada uno ha publicado varios libros de éxito, los cuales cuentan con varias ediciones e incluso han llegado a ganar premios poéticos de prestigio como el “Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla”, conseguido por la poeta Loreto Sesma en su XXXIX edición.
La mayoría de los poetas actuales no tienen en cuenta las normas clásicas, sino el contenido de la obra por encima de cualquier otra “licencia”. Crean poesía a una velocidad desconcertante y, como con cualquier nuevo terreno a explorar en esta sociedad “web”, surge en la opinión pública un debate: ¿qué es poesía? –y no basta con la respuesta de Bécquer-.
La crítica, sin ningún tipo de duda, gira en torno a lo que ya se conoce como “banalización del arte”. Es exactamente el mismo caso que se da en artes plásticas: ¿se puede considerar arte a Andy Warhol y su lata de tomate? La única diferencia entre las artes plásticas y la poesía es que esta segunda es, por decirlo de algún modo, más fácilmente descifrable. Los sentimientos y frustraciones del hombre no cambian, por mucho que el arte lo haga. Lo que cambia es la manera de expresarlos.
Como veníamos diciendo, la crítica gira en torno a unas ideas, ya caducas, de arte elitista. La cultura ha sido históricamente algo ligado a las clases altas y a un estatus social elevado. No todo el mundo tenía ni acceso a las obras literarias, y aunque pudieran acceder a ellas, en el caso de la poesía, esta ha mostrado históricamente una expresión tan cuidada y medida que cualquier referencia a la realidad es merecedora de estudio para su comprensión. Es decir, la poesía, como arte, estaba reservada para unos pocos. Este fenómeno ha desaparecido por completo en nuestros días.
También es cierto que esta tendencia a la comprensión de la poesía como arte elitista no estaba ligado únicamente al consumidor. Como idea social, pertenecía también a los propios poetas, los cuales, como creadores de contenido, debían salvaguardar su posición con respecto a unas generaciones venideras en las que el número de creadores ha superado cualquier tipo de expectativa creada en la historia de la humanidad.
Llegamos al Siglo XXI y a la consolidación de la industrialización y el capitalismo, con la llegada de Internet y las sociedades veloces. Hoy en día la vida transcurre a una velocidad exponencialmente superior a la concebida en cualquier otra época. Todo hogar tiene, como mínimo, un punto de acceso a internet y, por tanto, una ventana al mundo exterior, entendiendo este como un inmenso portal en el que conocer a los millones de personas que habitan el planeta. En esta sociedad nace lo que Marshall McLuhan, sociólogo canadiense, y Alvin Toffler, sociólogo estadounidense, denominan como “Prosumidor”. Este término engloba a aquel ser humano que se ha adquirido capacidades para ser al mismo tiempo “Productor” y “Consumidor”.
Las Redes Sociales han hecho posible este fenómeno. El arte ya no está reservado a ningún tipo de clase social. El arte es libre. O, mejor dicho, el arte es de libre acceso, porque recordemos que, según la crítica a este fenómeno, la libertad del arte muere con la banalización del mismo. Es decir, el arte era libre cuando tenía fronteras. Este punto de reflexión está abierto a ser sometido por cualquier lector, es una tesis basada en una opinión personal.
Pero, sin duda, la única reflexión que considero realmente fundamental en este artículo es la siguiente. El pasado 11 de junio la poeta Elvira Sastre, junto al cantante Andrés Suárez, presentó un proyecto consistente en un espectáculo lírico-musical que tendrá lugar el próximo noviembre en el Wizink Center de Madrid. Anteriormente la poeta ya ha llenado estadios y auditorios con recitales en diferentes ciudades de Sudamérica. Jamás en la historia de la humanidad el arte había movido a tantas personas. Jamás el arte había tenido este carácter masificador, característica que gran parte de esta sociedad considera deplorable.
Aquí va mi pequeña reflexión. Más allá de la calidad, del alto nivel cultural o de la dificultad de comprensión que demuestre, el arte es una de las disciplinas que más ha tardado en asentarse en nuestra sociedad, y que, al mismo tiempo, siempre ha sido visto con tan buenos ojos. Seríamos unos hipócritas si desaprovecháramos este maravilloso momento, en el que un grupo de jóvenes ha conseguido encandilar a millones de personas con sus versos. Es un momento de júbilo para el arte, porque al fin está consiguiendo abrirse paso en la sociedad. Por mucho que se pueda considerar que las obras son más sencillas, como mencioné líneas arriba, el arte y su capacidad de funcionar como arma para vencer a las preocupaciones de la humanidad seguirán siempre siendo lo mismo.