Cuando era pequeña, odiaba sentir las cosas de otra manera, me sentía diferente al resto, como si en mi se duplicaran los sentimientos, los pensamientos, o mis ideas eran las raras…pensaba que todo eso me hacía sentir débil.
Todo se agravó en mi adolescencia, con esos amores platónicos, o crush cómo la llaman ahora, el llorar por tonterías,
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el reflexionar sobre cualquier cosa, el sentir que todo iba contra mí. Y la situación no ha cambiado mucho en mi digamos, cierta madurez. Sigo sintiéndolo todo a un nivel diferente al resto, sigo pensando más de la cuenta…pero quítame eso, y no sería yo, perdería mi esencia.
Me quitarías mi consciencia, mi habilidad para empatizar, mi intuición, mi creatividad, mi apreciación por las cosas pequeñas, mi profundo interior, mi compasión y mi pasión.
Mi sensibilidad me define, y frente a eso, no se
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puede hacer nada. Así pues, intentemos normalizar la diversidad humana, todos somos únicos y diferentes, y es maravilloso. Seamos como seamos, sintamos como sintamos, no dejemos nunca de ser nosotros mismos.