Albinos en África: brujería y negocio
El albinismo es un defecto en la producción de melanina, sustancia natural del cuerpo, que da color al cabello, la piel y el iris de los ojos. Este se presenta cuando el cuerpo es incapaz de producir o distribuir la melanina. Su forma más grave y conocida, el albinismo oculocutáneo, produce que las personas tengan cabello, piel e iris de color blanco o rosado. Esta situación también hace que sean sensibles a los rayos UV, por lo que África es un sitio peligroso para ellos debido al inclemente sol, y les dificulta la visión.
Sin embargo, no todo se queda en la afección genética. Según la ONU 53.000 menores albinos están en peligro de ser asesinados simplemente haciendo sus tareas diarias. Esta realidad no ha sido tan conocida como el racismo en Estados Unidos, y la brutalidad contra las personas negras tan solo por su color de piel. Pero, en el otro lado del mundo, una situación similar lleva afectando a miles de personas a lo largo de los años. El albinismo es la principal discriminación racial en África.
La exclusión hace que vivan en condiciones deplorables. Los niños son discriminados y tienen miedo de ir a la escuela por las agresiones,
y por su dificultad de visión. “Repetí algunas clases porque estaba luchando por aprender con mi problema de visión. No podía ver claramente las cosas que los maestros escribían en la pizarra. Mi desempeño en clase ha mejorado, lo que me hace sentir bien”, ha explicado el escolar Chinsisi de Malaui, en Europa Press.
En Malaui una de cada 130 personas tiene albinismo, más de 134.000 en total. De estos, el 40 por ciento están en edad escolar. “Algunos padres tienen tanto miedo de enviar a sus hijos albinos a las escuelas que muchos de ellos no acceden a la educación”, cuenta la Coordinadora Residente de la ONU en Malaui, María José Torres. Naciones Unidas ha alertado que el peligro afecta a unos 53.000 menores que pueden ser asesinados al ir al colegio.
Además, sus oportunidades laborales son escasas. Los pocos que consiguen trabajo, lo hacen bajo un sol abrasador, que, debido a la condición 
de su piel, puede llegar a producirles cáncer. Asimismo, no existe la posibilidad de que estos sean tratados por los precarios medios sanitarios y los bajos ingresos de albinos.
El trasfondo social es más complicado. En África existe la creencia de que tienen propiedades mágicas y que son seres de otro mundo. También se cree que son en realidad espíritus o fantasmas que no mueren, si no que se desvanecen. Otras personas afirman que poseen una naturaleza diabólica. Estos “fantasmas” son gafes en vida y personas malditas, pero su cuerpo, hecho pócimas o amuletos, atrae la buena suerte y es capaz de evitar la muerte.
Esto lleva años arraigándose como un comercio que se encarga de vender extremidades, cuerpos, órganos sexuales, lenguas, pelos, pieles, huesos e incluso sangre de albinos, para que estos brujos elaboren pócimas, o talismanes. “Un hermano vendió a otro por 200 euros”, lamenta José Manuel Colón, director del documental Black Man, White Skin. En Tanzania, dónde la renta per cápita anual es de 442 dólares americanos, una extremidad de se paga a 2.000 euros, llegando a alcanzar los 10.000. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) apunta a que el cuerpo entero de un albino cuesta en el mercado negro cerca de 60.000 euros. Sobre todo, si es de un niño, ya que, según los brujos del lugar, las propiedades curativas de sus restos mutilados se disparan.
Frente a esto, optan por escapar, y se estima que al menos 10.000 albinos de África oriental han tenido que desplazarse, pero los brujos y cazadores les persiguen en su huida, para asesinarlos o mutilarlos. Ikponwosa Ero, la experta de la ONU para los derechos de las personas con albinismo, advierte en cada charla que imparte que, detrás de los ataques, hay también “gente poderosa y con dinero, como políticos o empresarios, que quieren aumentar su fortuna con los miembros mutilados”.
Hace dos años, se hizo eco del cruel asesinato de Djenebra Diarra, una niña de cinco años, secuestrada y decapitada. La niña de tan solo cinco años, dormía en su vivienda cuando unos hombres armados entraron en su casa y la secuestraron a la fuerza. Su madre trató de perseguir a los secuestradores e intentó escalar el muro por el que se fueron. Buscaron a la niña y encontraron su cuerpo sin cabeza al lado de una mezquita.
El problema es más preocupante en lugares como Tanzania, dónde la tasa de mortalidad de las personas con esta condición, es mucho más alta. “Un niño albino tanzano me dijo que en época de lluvia no iba al colegio porque los maizales crecen mucho y si alguien le amputaba
un brazo, iba a morir desangrado sin que nadie le viera”, explica José María Márquez, responsable de África Directo. Este país pertenece al circuito comercial donde se trafica por partes del cuerpo. Además, registra una altísima proporción de personas con esta condición: 1 de cada 4.000 ciudadanos.
Sin protección, ni tratamientos, y con las supersticiones que deben afrontar, su esperanza de vida ronda entre los 20 y 30 años. El horror también les acompaña en su vida adulta. Después de ser repudiados por sus familias y sobrevivir a una infancia llena de penalidades, regresan al mundo real, dónde encuentran una sociedad terrorífica y en la que deben soportar todo tipo de vejaciones. Según cuenta Alfred Kapole, “cuando la gente nos ve por la calle nos llama dinero, negocio o zeru-zeru, que significa animal del bosque. Es terrible. Es como si no fuéramos humanos”. Por otra parte, las mujeres albinas son violadas por hombres con enfermedades venéreas que creen que así pueden curarse. Los políticos, no están exentos de culpa, pues abrazan la barbarie. En las elecciones locales de Suazilandia se detuvo a varios porque mandaron directamente matar a personas albinas.
Desde el año 2010, se han registrado más de 700 casos de mutilaciones, agresiones y asesinatos. Son la comunidad en mayor peligro por razones genéticas, y a la vez los más invisibilizados. Sin embargo, hay que destacar que la labor de concienciación ha permitido que las autoridades tanzanas implementen las soluciones. El Gobierno persigue y juzga a todo aquel que atente contra un albino. Existen diputados albinos en el parlamento, y hay organizaciones que mediante colegios especiales protegidos acogen a los niños con albinismo, evitando que sean raptados. El Ministerio de Educación de Tanzania ha proporcionado una introducción al albinismo a maestros de escuelas públicas y profesores universitarios, para que se adapten
a sus deficiencias visuales. También la Liga Internacional de Sociedades Dermatológicas ha comenzado a ofrecer prendas de vestir, sombreros y protector solar para proteger de la luz solar a los albinos en África oriental.
En 2009, Tanzania vio el primer juicio contra los asesinos de un albino. Tres hombres asesinaron a un niño de sólo 14 años de edad, los descuartizaron y vendieron en pequeños pedazos como medicina. El tribunal condenó a los delincuentes a muerte en la horca.
La labor de las ONG, como África Directo en España, está siendo fundamental. “Distribuimos un protector solar por el norte de Tanzania a 1.500 personas con albinismo, que están libres de cáncer de piel, con la ayuda del laboratorio Fridda Dorsch. También trabajamos en su educación para que puedan llevar una tienda o ser profesores, cualquier cosa que evite que trabajen en el campo”, señala José María Márquez, director de la organización.
Desgraciadamente, esta situación no ha terminado. Como los asesinatos están siendo perseguidos, los brujos y cazadores se han vuelto más despiadados y ahora, “solo” cortan sus miembros. De esta forma, incluso si el delincuente es capturado, será capaz de evitar la pena de muerte y enfrentarse a penas de 5-8 años por lesiones corporales graves. Aunque son muchos los artículos y noticias sobre esto, no es suficiente. Hoy en día existen numerosas organizaciones dedicadas a ayudar a los albinos en África. A nivel internacional, están Standing Voice, Albinism in Africa y Under The Same Sun. En España, están Beyond Suncare, África Directo y ALBA. Esto es un suspiro de esperanza, ya que juntos, podemos concienciar y prestar ayuda, y así, los seres humanos lograremos arreglar lo que otros destruyen.