Una vez más, la Organización de las Naciones Unidas, que cuenta con 193 Estados miembros, señala directamente al cambio climático y pide acciones rápidas y concretas para evitar e intentar revertir esta situación. Por ello, el secretario general, Antonio Guterres dice, de manera pesimista, que los países se encuentran a años luz de alcanzar sus objetivos. El Pacto de Glasgow es un gran paso para el cambio.
Nacido en Lisboa en 1949. En 1966, António Guterres ingresó en el Instituto Superior Técnico (IST) de la Universidad Técnica de Lisboa, se licenció en Ingeniería física y electrónica con unas notas destacables. Desde joven mostró interés por la política y, en 1974, se asoció al Partido Socialista de Portugal. Ese mismo año se produjo la Revolución de los Claveles, que reinstauró la democracia en el territorio portugues. En 1976, fue nombrado diputado del Parlamento de Portugal, puesto en el que se mantuvo durante 17 años. Durante esos años, además, presidió la Comisión Parlamentaria de Economía, Finanzas y Planificación y, posteriormente, la Comisión Parlamentaria de Ordenación Territorial, Municipios y Medio Ambiente.
En 1992, Guterres salió elegido secretario general del Partido Socialista en el décimo Congreso Nacional de la formación, sustituyendo así a Sampaio, que tuvo que dimitir días atrás debido a las críticas internas durante su mandato, que venían acumulándose desde las elecciones generales de octubre de 1991. António Guterres estuvo como miembro del Consejo de Estado desde 1991 hasta 2002. Como acontecimiento a destacar, el 2 de mayo de 1998, asistió a la cumbre que reunió en Bruselas a los principales mandatarios de la Unión Europea (UE), en la cual se estableció el euro como moneda única en once países de Europa, incluido Portugal.
“Convicción, humildad y entusiasmo”
Antes de ser nombrado Secretario General, fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas, sustituyendo al ex ministro holandés Ruud Lubbers tras un escándalo por presunto acoso sexual. Debutó en ACNUR en 2005 con gran motivación por cambiar las cosas. Tan en serio se toma su trabajo, que lo llevó hasta el ámbito personal: “convicción, humildad y entusiasmo”, era su lema. Su meta siempre fue: “garantizar que la protección de los refugiados no se viera perjudicada por la nueva agenda centrada en la seguridad o por políticas migratorias restrictivas”, ya que los refugiados “no son terroristas, sino sus primeras víctimas”, son solo gente que buscaba “una vida mejor”, por lo que era “merecedora de todo nuestro respeto”.
La crisis en Sudán del Sur, los conflictos entre Siria e Irak y la Guerra Civil en Yemen incrementaron las actividades del ACNUR. A esto se le suma el “cerrojo” que pusieron algunos países europeos a este movimiento masivo. En el año 2015, terminó el mandato de António Guterres. El Consejero nada más que lamentaba el agravamiento de los problemas a los que hacía frente su organismo.
Además de los diversos cargos que ha ocupado, Guterres también ha conseguido numerosos premios y títulos como La Gran Cruz (1996), El Gran Collar (2002), Orden de la Libertad (2016) o la Banda de la Orden del Águila Azteca de México (1999), entre otros. Según la revista Forbes en 2009, António Guterres se convirtió en una de las personas más poderosas del mundo. En 1999 publicó un ensayo titulado Pensar Em
Portugal. Aparte de ejercer la profesión de político, es profesor de la Universidad Técnica de Lisboa.
El 1 de enero de 2017 se convierte en el noveno Secretario General de las Naciones Unidas sucediendo a Ban Ki-moon, a propuesta del Consejo de Seguridad ratificado por la Asamblea General. El portugués, que permanecerá en el cargo, mínimo, hasta 2024 (si no ocurre algo extraordinario), con todos sus conocimientos, con su labor incansable en defensa de las víctimas civiles de los conflictos armados redactando informes como el de la situación del Sáhara Occidental, es uno de los representantes favoritos de los ciudadanos europeos. En la actualidad, nos comenta la situación que sufre el mundo debido a la destrucción del medio ambiente y advierte el futuro trágico que nos espera lanzando este mensaje en la Cumbre de Glasgow: “La catástrofe climática sigue llamando a la puerta”.