¡Quiérete!
Espejito, espejito ¿Quién es la más bella de este mundo?
Está frase probablemente te suene de algún cuento de princesas. De la misma manera si te hablo de una chica en un castillo a la que hay que ir a salvar, o de un príncipe apuesto que siempre está dispuesto cuando la princesa lo necesita.
Aunque parezca algo infantil y sin mucha importancia ese tipo de cosas ha constituido el ser que somos ahora, nuestro pensamiento y nuestra forma de mirar el mundo. Esos cuentos infantiles y muchas cosas más como la idealización de las muñecas Barbie o la televisión han hecho que seamos unos seres llenos de complejos. Seguramente no veas tan lejos el que una persona, ya seas tú o cualquier otra haya observado una serie, una película, un documental, o haya visto un vídeo de YouTube y se haya preguntado ¿Por qué no soy así? ¿Por qué son tan perfectos? ¿Por qué no tienen imperfecciones?
Pues bien, todos los seres somos perfectos a nuestra manera. Hace unos años Marilyn Monroe era una de las mujeres consideradas más bellas del mundo y tenía un cuerpo muy poco estereotipado. Hoy en día para serlo debes tener una cintura minúscula y rozar la anorexia.
Hace años el ser blanco era un signo de belleza, cultura que aún permanece en China, lugar donde muchas mujeres llevan sombrilla para que no les dé el sol. En nuestra cultura utilizamos maquinaria o cremas para parecer más morenas, o tomamos el sol durante horas para conseguir el bronceado ideal.
Esto nos hace pensar ¿Qué es bello? Pues bien la belleza reside en el pensamiento de los seres humanos. 
No hay nada “bello” ni nada que no lo sea. Las cicatrices, las estrías, las “cartucheras”, las “lorzas”, las caderas anchas, los pechos grandes o los pequeños, todo puede ser bello si nos convencemos de que lo es y no hacemos caso de los estereotipos.
La idea de belleza la han creado los seres humanos y va cambiando con el tiempo. Sentirte bien contigo misma/o y quererte no depende de lo que otros piensen, solo depende de ti.
Nadie podrá decirte cómo actuar, cómo ser, qué pensar de ti misma. No necesitamos nadie que nos salve, ya nos salvaremos a nosotros mismos si es necesario. Y si no lo es, nos quedaremos encerrados en ese castillo el tiempo que nos de la gana, porque ¿Quién nos lo impide?
Y para conseguir esto debes deshacerte de la idea estereotipada de “belleza” o de la idea de que alguien puede ayudarte más que tú misma, ideas que la sociedad te ha impuesto y verte como el ser más bello del mundo, sin prejuicios, porque ¿Quién te dice que no lo seas? ¿Quien dice que tus imperfecciones no sean más que un signo de belleza?
¡Quiérete! ¡Cuídate! ¡Y cree en ti misma/o más que en nadie!