De los 180.381 jóvenes entre 16 y 30 años que hay en Extremadura, 49.895 están en situación de desempleo. Un dato desolador por dos cuestiones: la primera que somos pocos los jóvenes que vivimos en esta región, y la segunda que un tercio de ellos busca un empleo y no lo encuentra. A esto le sumamos que según el observatorio de Emancipación Joven, Extremadura registró la mayor fuga de jóvenes en 2016 y que la emancipación en nuestra región es de las más bajas de este país. ¿Nos jugamos el futuro de nuestra comunidad?
Aparentemente sí, estas fueron las palabras del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, durante la presentación técnica del Plan de Empleo Joven. Cada vez nacen menos niños en Extremadura porque se tarda más en encontrar un trabajo digno que permita plantearse formar una familia. Y ¿cómo se fomenta la natalidad? Pues ni con cheques ni con subvenciones, solo con oportunidades que faciliten la emancipación.
En este panorama surge el Plan de Empleo Joven, una iniciativa, siempre mejorable, que tratará de regenerar la empleabilidad de los jóvenes y luchar contra la precariedad. La pregunta que inmediatamente se les viene a la cabeza a muchos es ¿Cuántos puestos de trabajo se van a crear? ¿Cuántos van a venir a mi pueblo? preguntas lógicas, pero que poco o nada tienen que ver con este plan de acción novedoso al que quizás la palabra empleo le haga un flaco favor. Esto no es un plan de experiencia al uso que pocos resultados genera, tan solo dar un puesto de trabajo, en la mayoría de los casos no adaptados a la formación o competencia de la persona.
Sí, sí, esto está muy bien ¿Pero a cuántas personas van a contratar? Podríamos seguir haciendo esta pregunta una y otra vez, pero ese no es el camino. Este plan pretende hacer jóvenes competentes a través de un itinerario adaptado a su formación y mercado laboral. Aquello a lo que llaman una garantía juvenil real, que casi nadie ha llevado a la práctica, y de la que debemos aprender de Finlandia.
¿De qué sirve utilizar dinero público para contratar a media jornada de peón de albañil a un joven recién graduado en ingeniería? Durante un año tendrá un sueldo, pero después de 365 días volverá a estar en la misma situación, sin tener la experiencia laboral que exigen a la hora de acceder a una oferta de trabajo.
Este plan ofrece en su fase inicial una orientación y acompañamiento al joven desempleado, que en una segunda etapa mejorará a través de píldoras las competencias para la vida. Sí, para la vida. Que de nada vale tener certificaciones si no somos capaces de resolver problemas, gestionar proyectos, expresarnos adecuadamente, usar las TIC como herramientas, hablar idiomas…lo demás muchas veces está a golpe de clic. El modelo de trabajo está cambiando, y estas aptitudes van a ser primordiales a la hora de desarrollarnos profesionalmente. Puedes echarle un vistazo a mi antiguo post en este enlace donde desarrollo este tema.
Una vez que nos han autorizado, hemos diseñado nuestro itinerario y hemos pasado por alguna píldora formativa, puede que nos beneficiemos de otra de las líneas de actuaciones, el fomento del empleo. Será a través de prácticas, de las buenas como digo yo, de las que cobras en torno a las 900-1000 euros, que serán financiadas durante seis meses por el ejecutivo regional. Pero no será la empresa la que busque, sino que será el joven quien deberá buscar el lugar donde desarrollar su trabajo; y la empresa, si una vez pasados esos seis meses donde el joven ha demostrado su valía, lo contrata como indefinido, esta recibirá una ayuda institucional.
Han especificado que hay que elegir bien la empresa para que el joven realmente haga su trabajo. Y esto es quizás lo que más le preocupa a los jóvenes, que se incorporen para hacer algo y terminen relegados a otras tareas no adaptadas a su perfil. Nadie quiere que se beneficien de esto las empresas que replican la precariedad, o que se aprovechan de esta oportunidad para saltar de trabajador en prácticas de seis meses en seis meses. Entonces poco éxito habrá tenido este plan de acción. A lo mejor podemos poner como ejemplo lo que hacen en Francia. La empresa que decide incorporar a un joven a su plantilla contacta con la administración, quien decide pagar el salario del trabajador en formación el tiempo que estime oportuno en base al currículum del mismo y a las funciones a desempeñar en la empresa, estando esta última obligada a hacer efectiva una contratación al final de este contrato de prácticas; salvo casos en los que pueda demostrar que el candidato no está capacitado para el desempeño del puesto.
Por otro lado, la investigación también cobra especial importancia en esta iniciativa a través de los centros tecnológicos. Por fin. Ahora toca emprender (nunca mejor dicho) el camino. Quedan algunos decretos por delante. La inversión es mínima, 16,6 millones de euros; pero para dar un segundo paso hay que dar antes un primero. Y como diría mi abuela, que Dios nos coja confesados.