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Cristina Núñez Nebreda

Juegos de niños

Muñecas o coches, de rosa o de azul

Barbie y Ken

Ya sea por sociedad o genética, los niños y las niñas suelen jugar con objetos distintos

Este fin de semana hemos visitado una juguetería para comprarle un regalo a Luis, un amiguito que ya se ha hecho mayor: ¡ha cumplido 1 año! Fue como caer en un agujero negro…¡estuvimos como hora y media allí metidos ! Nos fijamos en la curiosa colocación de las secciones del establecimiento. Por un lado, las cosas que se supone que son para niñas: una gama inimaginable de muñecos y muñecas, vestiditos y accesorios. Todo lo que necesita un bebé de verdad pero en escala: bañera, carritos, biberones y hasta pañales desechables. Estaban las muñecas de siempre (Barriguitas, Nancy, Barbies…), actualizadas y con unos ojazos que dan un poco de miedo. Yo, niña en los 80 y señora clásica ya, prefiero las de antes. Continuando en esta misma área empezaron a aparecer los supermercados pequeñitos, las cocinas, los cacharritos, los alimentos de pega y los artículos de limpieza (cubos, cepillos y fregonas talla mini). Vamos, todo lo que identifica el sexo femenino con el cuidar a los demás y ser amas de casa.

En el otro ala de la juguetería todo es un poco más masculino: hay construcciones, motos, triciclos, muchos móviles, instrumentos…No es que ellos, esta firma comercial, fomente el machismo desde la más tierna infancia, no quiero decir eso, pero sí parece que  esta juguetería, y casi todas, tienen una distribución de los roles muy precisa. No digo que haya una conspiración mundial para abocar a las mujeres a ser solo madres y señoras de su casa y a los hombres a competir y luchar, pero sí cierta inercia hacia estos modelos.

Los juguetes son un mundo infinito. Jugar es nuestra forma de contactar con el mundo, la manera de ir aprendiendo de nuestro entorno. Los niños juegan no solo para entretenerse, sino para experimentar. Crecen intelectualmente, se desenvuelven, marcan su territorio.

Niño eligiendo juguetes

El entorno también condiciona la elección de los juguetes

En los últimos años ha habido cierta polémica sobre si la tendencia de los niños y las niñas a jugar con determinadas cosas es genética o social. ¿Son distintos niños y niñas a la hora de jugar? Por lo que he leído y estoy comprobando, cuando son muy pequeñitos juegan indistintamente con todo lo que caiga en sus manos (y esto significa que pueden pasarse una tarde entera con un bidón de agua o una sartén más felices que una perdiz).

Después, van reproduciendo roles y en eso tiene que ver también la socialización. La familia y amigos tienden a hacer regalos “para niños” o para niñas” y también se les trata de forma distinta (hay investigaciones que apuntan hasta que el tono de voz es distinto cuando nos dirigimos a un muchacho o muchacha). El cuarto de un chico se llenará de ruedas y el de las chicas de peluches de color rosa. “Los niños notan el rechazo social cuando escogen juegos o juguetes que socialmente no se identifican con su sexo. Hay más niñas que piden juguetes de niños que a la inversa. Mientras que lo primero se tolera e incluso se aprueba, lo segundo, se reprime. Esto muestra la tendencia de la mujer hacia una progresiva masculinización”, apunta Inma Martín en el artículo ‘Juego, juguetes y transmisión de roles’. Este texto aborda esta cuestión, y plantea también una serie de propuestas para que los juguetes y los juegos de los niños sean abiertos, desprejuiciados y constructivos.

Para terminar, os cuento que mi Pablo, que bordea sus 20 preciosos meses, el otro día en el parque se encaprichó del muñeco de una niña: lo sentó en el carrito, lo cargó, le dio agua y muchos besos. Me encantó la escena. En la juguetería pilló un carro de bebé de juguete y paseó a un chiquitajo. En los últimos días se fija mucho en los bebés reales e intenta acariciarles los pies. Babeo.

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