Veo a mi alrededor a demasiados niños y padres estresados. Estresados por la necesidad de aprender, de espabilarse, de tomar posiciones en la vida, de “ser alguien”. Las actividades extraescolares se han convertido en una especie de tortura china para padres y niños. ¿Es vida tirarse cinco horas en el cole por la mañana y tener además todas las tardes ocupadas? No lo es, no. Pero…¿cómo va a estar el niño/a sin fútbol, sin danza, sin natación, sin guitarra, sin pintura, sin inglés? ¿Y si desaprovechamos alguna dote y tiramos a la basura sus extraordinarias cualidades para ser un “prohombre” o una “promujer”? Mi postura ante todo esto es que hay que dar tiempo al tiempo y, sobre todo, dejar que haya huecos para el esparcimiento, para no hacer nada, para tontear, monear, enredar. No quiero un niño stajanovista. Me gustaría más que disfrutara con todo lo que hace. Ya le tocará meterse de cabeza en la cadena de producción.
Lo ideal sería que los niños aprendieran cosas sin sensación de agobio, como un juego. Me dan mucha envidia los niños con padres que hablan en varios idiomas, porque ellos, sin darse cuenta, están estableciendo en el cerebro dos o más lenguas. Y ahí quedarán para siempre. El escritor argentino Jorge Luis Borges contaba que aprendió inglés hablando con su abuela, que era británica. Tardó tiempo en darse cuenta de que su abuela no hablaba español. Él, simplemente se comunicaba con ella. Mágico Borges.
Los que sólo hablamos español como lengua materna lo tenemos más difícil, pero hay métodos para que, al menos, su oído se vaya familiarizando con ciertos sonidos. Hasta los 6 años el cerebro de los niños es muy permeable y puede “acoger” varias lenguas de forma simultánea, como varios árboles que crecen al mismo ritmo en la misma parcela. Es, según he leído, como si se tuviera a varios monolingües en el cerebro, sin pensar en que estamos hablando en otro idioma. Después, más mayores, podemos llegar a aprender bien un idioma si nos esforzamos, pero siempre como algo “extraño”. ¿Qué os puedo contar? A mí me apuntaron a inglés a los 10 años y siempre he estado en academias e incluso enla Escuelade Idiomas. A los 26 pasé en Irlanda un año y me saqué el First Certificate. Y hasta ahí.
En Cáceres hay varias academias que ya ofrecen cursos de inglés para niños muy pequeñitos. Algunas madres me han hablado de la academia ‘Moon English’, que está en Montesol. Desde allí me informan que en estos grupos iniciales los niños van siempre acompañados por sus padres, y que se utiliza un sistema muy visual, con movimientos corporales y dibujos. Lo imparten profesores nativos de Inglaterra y Estados Unidos. En Mejostilla también está la academia ‘Number One Language’, que ofrece cursos de inglés para niños pequeños.
Nosotros nos hemos apuntado este año a Helen Doron, una franquicia internacional establecida en Cáceres y con un sistema basado en la repetición y en el estímulo positivo. También acompañamos al niño a clase, que es sólo una vez a la semana. Es muy dinámica y práctica: hay material audiovisual y juguetes. En casa hay que ponerle un cd de 20 minutos dos veces al día, es el audio de unos dibujos animados que también están en DVD y que contienen las aventuras de los héroes animados que protagonizan esta historia. Es un trabajo a largo plazo y que puede ser útil con constancia.
Ver dibujos animados en inglés también es una alternativa para que les vaya sonando. La televisión digital tiene la opción de poner todas las series infantiles en su idioma original solo con darle a una tecla .Tengo amigos y conocidos que han contratado a ‘au-pairs’ para que hablen con sus hijos en inglés. En fin, ideas para ir introduciendo este idioma “llave”.
Pero sólo del inglés vive el hombre, y en la ciudad también hay otras alternativas idiomáticas. Elisabet, una mamá y amiga francesa, va a impartir en el mes de diciembre el taller ‘Francés a la de tres’, para niños de entre 3 y 7 años. Lo hará en el centro ‘Cabeza Pájaro’. Se trata de ir familiarizándose con el idioma galo mientras se hacen juegos. La academia ‘Ahora China’ ofrece cursos de chino mandarín para niños.
Por otro lado, cada vez hay más colegios privados, públicos y concertados que se reconvierten a bilingües, aunque me consta que algunos profesores tienen que adaptarse a marchas forzadas a impartir las clases de sus asignaturas en inglés. Lo importante es ser conscientes de que necesitamos ese idiomas y que nos corre prisa dejar de avergonzarnos como país de esta laguna que padecen generaciones y generaciones de españoles.