>

Blogs

Cristina Núñez Nebreda

Juegos de niños

Una juguetería en casa

Mi casa parece una juguetería. Cuando el día de Reyes volvimos de casa de los abuelos y juntamos el cargamento que traíamos de allí con el que ya teníamos en casa (regalos nuevos o antiguas adquisiciones) aquello parecía el Vietnam de los juguetes. El salón se convirtió en un lugar intransitable y, en ese caos, incluso perdimos el mando a distancia, sepultado por kilos y kilos de plástico, madera, esferas, cubos. Intentamos poner un poco de orden para que no nos desahuciaran de nuestro hogar los puzzles, el tren, los muñecos, los peluches, los juegos de ingenio, los coches, la plastilina, las pinturas…madre mía del amor hermoso, ¡y sólo tiene dos años!

Niño con juguetes

La avalancha de juguetes impide que puedan disfrutarlos al cien por cien

Por más que uno se empeñe, cuesta poner límites y sobrevivir a las Navidades sin ser arrasados por el consumo más voraz. Nosotros no lo hemos logrado. Los abuelitos y los tíos prometen no comprar demasiadas cosas, pero nadie se quiere quedar sin aportar su detallito. Y nosotros, que somos sus padres, al final somos los que menos cosas compramos. Es un suma y sigue que crea una gran bola de nieve que termina convirtiéndose en alud. Groooooaaaaaaaaaa..¡¡estamos rodeados!!

Como “el mal” ya está hecho, hay que tomar medidas a toro pasado, con los juguetes en casa. Hay soluciones que pueden aliviar la marabunta. Por ejemplo, cribar y mandar a mejor vida a los elementos con los que ya no juega el niño. Si tenemos un buen cuarto trastero podemos dejarlos “en reposo” por si la familia crece. En Cáceres se han llevado a cabo varios mercados de trueque de juguetes. En realidad, se puede organizar un mercado sin necesidad de mucha infraestructura,  haciendo una reunión con familias con hijos de edades similares a los nuestros. De esta forma se da una segunda vida a los juguetes. A los niños les suelen gustar mucho las cosas de los demás, así que es una buena forma de conciliar intereses.

Si la avalancha de juegos y muñecos nuevos es monstruosa también se pueden ir reservando para el resto del año. Ir dosificando. El truco es sacarlo de su campo de visión cuando todavía están en la caja, para que el niño no se familiarice mucho con ellos y podamos “distraerlos” sin berrinche.

Hay que decir que los juguetes son necesarios para los niños, y que los Reyes también. Según leí este fin de semana en Mujer de Hoy, en un artículo muy interesante, la celebración de esta fiesta alienta la magia y la fantasía. “Es el reino donde mejor se encuentra el niño y estará más preparado para las frustraciones vitales que tenga que asumir a lo largo de su vida si durante su infancia tuvo la dosis de magia necesaria para su bienestar psicológico”. Recibir regalos es una agradable forma de iniciar el año, también para los niños. El asunto es no pasarse.

 

Otro sitio más de Comunidad Blogs Hoy.es

Sobre el autor


enero 2013
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031