Siempre que se analiza una encuesta, los expertos se fijan en dos datos relevantes: por un lado, el porcentaje de apoyos propios y ajenos; y por otro, el nivel de indecisos. Y es que, con independencia de cómo se prepare una campaña electoral, hay que saber a priori en qué posición de partida se inicia la carrera y qué margen de maniobra existe para asentar el resultado o, por el contrario, darle la vuelta.
Sobre el primer dato, y a la vista de la encuesta que publica hoy este periódico, se puede decir que Monago ha hecho ‘pole’ antes de iniciar la carrera. Aplicando un término automovilístico, ha quedado el mejor situado para el inicio de la prueba. El candidato del PP cogió el partido en noviembre de 2008 con 14 puntos porcentuales por debajo del PSOE y actualmente está un punto por encima. Traducido a escaños, si el PP tiene ahora mismo 27 diputados y el PSOE 38, la encuesta de HOY le otorga una horquilla de 31-32 representantes y deja al PSOE en minoría con 30-31. En resumen, que de celebrarse hoy mismo elecciones, los populares ganarían los comicios y los socialistas tendrían que negociar con Izquierda Unida, formación que pasaría de no tener representación a conseguir 2 ó 3 escaños, para intentar formar gobierno.
Sin embargo, está el segundo dato a tener en cuenta: el de los indecisos. Éstos son electores que han dicho que van a ir a votar pero que todavía no tienen decidido qué papeleta meterán en la urna; vamos, que no son abstencionistas pero se lo tienen que pensar mejor. Suponen en la consulta nada menos que el 19,2%, es decir, se puede afirmar sin riesgo a equivocarse que hay 6 escaños en Badajoz y 7 en Cáceres que están en el aire, pudiéndose decantar por una opción u otra en función de como transcurra la campaña.
La situación es totalmente nueva y dista bastante de lo acaecido en 2007, donde la victoria del PSOE parecía asentada, faltando por saber qué diferencia obtendría con respecto a su oponente. Si se quiere resumir en pocas palabras: el partido nunca ha estado tan igualado y debe jugarse hasta el minuto 90 para saber quién le meterá el gol a quién para ganar las elecciones.
Vara juega con la ventaja de gozar de mayor nivel de conocimiento y tener mejor valoración que su contrincante. No es lógica la contradicción que se produce en la consulta al otorgarle al PP mayor porcentaje de apoyos y sin embargo optar mayoritariamente por el candidato socialista para ser el próximo presidente de Extremadura.
Lleva en su contra, sin embargo, la valoración que realizan los encuestados de la situación económica de la región (el 68,6% dice que es mala o muy mala), la opinión acerca de su gestión para atenuar los efectos de la crisis (sólo la apoya el 18%) y el alto porcentaje de entrevistados que sitúa al desempleo como el principal problema de Extremadura (el 66,9%).
La coyuntura del país tampoco le acompaña, más bien lo contrario. Y aunque la marcha de Zapatero pareció en su momento un balón de oxígeno, la encuesta no lo recoge y eso que se hizo días después del anuncio.
Monago, por su parte, acude a los comicios envuelto en la duda y pidiendo una oportunidad. El nivel de conocimiento alcanzado es muy alto para el poco tiempo que lleva al frente del PP (lo conoce el 78,8% de los extremeños frente al 95,8% de Vara) y aunque la gestión del PP obtiene peor resultado que la del PSOE en la encuesta, lo contrarresta por los malos resultados del gobierno.
Las elecciones no se ganan, las pierde el contrario. El líder del PP lo sabe. De ahí que su campaña se base en ofrecer justo de lo que peca su oponente, la falta de empleo, y espere como agua de mayo el castigo de las urnas.