El líder del Izquierda Unida ha pasado de ser Pedro a convertirse en ‘Don Pedro’. A este paso acabará siendo ‘San Pedro’ porque, encima, llaves no le faltan para que José Antonio Monago siga entrando en el reino de los cielos. De momento, ya le ha abierto dos puertas importantes: la primera en julio, la de su propia designación como presidente de la Junta, tras abstenerse su formación en el Parlamento regional; y la segunda, la de este jueves, cuando su grupo le retiró la enmienda a la totalidad de los presupuestos que previamente le había presentado.

Los populares han conseguido un éxito de marca mayor: han sacado adelante sus primeras cuentas públicas y, de paso, han vuelto a echar del tablero de juego político al PSOE, lo que debilita al partido y evidentemente a su líder, Guillermo Fernández Vara. Lo que empezó en julio como gobierno en minoría tenía una prueba de fuego en diciembre con los presupuestos, una reválida que, con trampa o sin ella, con teatro o sainete, a la vista está que se ha superado. A partir de ahora, se despejan todas las dudas. No habrá inestabilidad, mociones de censura o elecciones anticipadas y se reafirma una situación que, si Izquierda Unida no se hunde -que todo puede ocurrir cuando un líder está más preocupado por la unidad de su grupo que por la de su formación- durará toda la legislatura.

Era un secreto a voces que Izquierda Unida iba a retirar su enmienda a la totalidad. Carecería de sentido la actitud de la formación de julio, dejando pasar al PP hasta la Junta, si ahora se le daba un empujón para atrás o se le ponía a los pies de los caballos. La enmienda no dejaba de ser un accidente en la estrategia planteada, una solución de escaparate a la revuelta generada en las bases ante lo que se consideraba un enjuague. El anuncio del PSOE del día anterior diciendo que la iba a apoyar complicó las cosas, pero estaba claro que la iniciativa iba a durar menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Lo único que faltaba conocer era el cómo, la puesta en escena: ¿La retirará directamente? Demasiada claudicación. ¿La expondrá y la meterá en un cajón acto seguido? Demasiada explicación. ¿Esperará a que el Gobierno hable y después dirá que le han convencido? Demasiada exhibición ¿Le pedirá algo a cambio y se lo concederá salvando así la cara? Dame algo, Monago, dame algo. Y así fue: Pedro Escobar rebajó su petición a 140 millones de euros y Monago lo aceptó pero de forma condicionada: si conseguimos cobrar 100 millones de deuda histórica y vendemos 40 millones de patrimonio, hecho ‘Don Pedro’. Vamos, que le dio un cartón del bingo y le dijo: suerte. E Izquierda Unida se lo compró. Pedro Escobar reconoció en la tribuna que se iba a dejar pelos en la gatera, vamos que su acuerdo de mínimos le iba a traer problemas, pero a cambio el gobierno tiene presupuestos y el PSOE pierde. ¿Qué más se puede pedir?