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Antonio Cid de Rivera

La Trastienda

EL BARÓN EXTREMEÑO

El presidente extremeño está en las quinielas para relevar a Zapatero; él dice que no pero, como el resto, se deja querer; a todo político que se precie le gusta que lo tengan en cuenta para cotas mayores
Vara se ha colado en las quinielas abiertas para la sustitución de Zapatero. Su posición dominante en las encuestas cara al 22 de mayo le permite tener un papel relevante como barón regional del PSOE. Y es que la posibilidad de perder en Castilla-La Mancha y Andalucía deja pocas opciones al partido.
En este país, a políticos y periodistas nos encanta especular. Las tertulias radiofónicas, y también de un tiempo a esta parte televisivas, necesitan ‘carne fresca’ cada cierto tiempo para alimentar la charla que ahora está de moda: el repuesto de Zapatero. La marcha del presidente del Gobierno ya no es noticia, se da por segura tarde o temprano, y en consecuencia lo que hay que hacer es buscar alternativas; cuantas más, mejor.
Si a la ministra Carme Chacón se le pregunta en el Foro de Europa Press si este país está preparado para que una mujer catalana sea presidenta del Gobierno, lo lógico es que responda que sí y ello no supone posicionarse como alternativa a su jefe. Igual ocurre con Guillermo Fernández Vara: para seguir el juego, el jueves pasado se le preguntó en la Cope si España está preparada para tener un presidente extremeño. Lo normal es lo que respondió: «Sí, perfectamente; España está preparada para todo».
¿Ambos entran en el juego de la sucesión? Pues no, otra cosa es que se dejan querer y consciente o inconscientemente contribuyen a la especulación abierta en torno a la sucesión del líder y alimentan tertulias semanas enteras.
Cuando se le pregunta a Vara si tiene aspiraciones nacionales, siempre responde que sus ambiciones políticas están totalmente colmadas en Extremadura. Sin embargo, a nadie le amarga un dulce y llegado el caso, todo el mundo sabe que cuanto menos se lo pensaría. Solo el hecho de que se le pregunte y se vea en las quinielas, satisface a todo político que se precie.
De todas formas, hay que tener visión de futuro y ver el escenario que se puede producir en solo unos meses. Con unas elecciones donde se pierda en todos sitios menos en Extremadura -situación que se vislumbra en Ferraz-, y con Rajoy en La Moncloa, la figura de Vara puede revalorizarse ostensiblemente y eso todo el mundo lo sabe, hasta los que mandan en el PSOE y los que andan haciendo las quinielas. El barón extremeño, como ya se le llama, se puede convertir sin quererlo en la única voz discrepante del PSOE ante un hipotético gobierno popular.
Lo que no está tan claro es para cuándo la marcha de Zapatero. En el PSOE extremeño se pensaba hace tres meses que no se iba, pero de pronto en enero se empezó a considerar que se marchaba antes de las elecciones. La salida de Vara pidiendo urgencia y apostando por Rubalcaba justifican este planteamiento. Ahora sinceramente no se sabe ni qué va a hacer ni cuándo.
El presidente del Gobierno no se puede ir por la puerta de atrás. Nadie que haya estado al frente del país se quiere marchar siendo un maldito. Por eso, Zapatero busca una puerta, una salida que le permita despedirse. Si la economía mejora, si la situción remonta en unos meses, verá el momento de justificar su marcha explicando que todas las medidas impopulares y antisociales puestas en marcha han servido para algo.

Entre sábado y sábado

Sobre el autor

Periodista de HOY. Analista político.


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