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Antonio Cid de Rivera

La Trastienda

VUELVE IZQUIERDA UNIDA

Izquierda Unida entrará de nuevo en la Asamblea de Extremadura. Es la frase que se repite, de un tiempo a esta parte, en círculos políticos de la región. Desde el PP se reconoce a regañadientes, todo voto que se vaya hacia la izquierda y no se quede en la abstención no será para ellos; pero en el PSOE se comenta ya abiertamente, la coalición de izquierdas liderada ahora por Pedro Escobar podría sacar uno y hasta dos escaños si las cosas no se tuercen y no se pegan entre ellos. No hace falta recordar que en 2007 la formación se dividió y hubo miembros que hicieron campaña en contra de sí mismos. Ahora las aguas parecen calmadas y el PCE ha recibido la consigna de tratar de llegar a acuerdos en todas las comunidades.
Los socialistas hacen todos los años una encuesta en el mes de mayo, pero lo mejor de esta muestra es la actualización que realizan cada dos o tres meses. Ello les permite tener información de primera mano de por dónde se mueve el electorado en cada momento. Aunque en el PP no paren de indicar que Vara y Monago «se mueven en un baldosín», que la victoria puede ser para cualquiera de los dos pues lo que uno pierda lo gana el otro, no tienen un muestreo reciente que lo atestigüe. Lo cierto, por tanto, es el desgaste continuo que se atribuye el PSOE a sí mismo, lo que ha hecho que, de pronto, entre en escena un convidado que se daba ya por perdido, Izquierda Unida.
Las últimas elecciones autonómicas destacaron por la alta participación registrada, del 76%. Votaron nada menos que 662.000 electores, lo que consiguió que el PSOE disparara sus porcentajes de representación y alcanzara los 38 diputados (la Asamblea de Extremadura está compuesta por 65 escaños). Con 347.000 votos en el bolsillo, le sacó casi 100.000 al PP, que logró un registro de 255.000 sufragios y 27 escaños. Izquierda Unida, por su parte, se quedó fuera del reparto por 3.000 votos (cosechó 29.700 sufragios), no alcanzó el 5% de representación que se requiere para entrar en el Parlamento extremeño.
Ahora el panorama ha cambiado, la crisis y el paro lo han desdibujado todo. Se da por seguro que el PP mantendrá sus votos, incluso subirá en número, pero el PSOE se enfrenta a una pérdida considerable de sufragios, que se irán a Izquierda Unida o se quedarán en casa. Si la participación baja de forma importante como se espera, la ley D’Hondt, que es tan perversa como efectiva, hará que el PP suba en escaños y supere su techo histórico de 28 diputados y que Izquierda Unida se cuele en el Parlamento.
Upyd está en ascenso. Así lo indican los datos acerca de la formación de Rosa Díez. Sin embargo, los registros que se barajan le dan porcentajes inferiores al 5%, lo que descartaría su presencia en la Asamblea a partir de mayo.
En cualquier caso, los socialistas siguen dando por segura la mayoría absoluta. Consideran que el electorado va a saber diferenciar entre las elecciones nacionales y regionales y creen que la marca ‘Vara’ se ha consolidado y aporta votos por sí misma. El PSOE se puede permitir ‘el lujo’ de perder hasta 5 escaños y seguir gobernando sin mirar a nadie. Este colchón le permite encauzar las elecciones del 22 de mayo con holgura y planteárselas como una carrera de fondo, paso a paso, nunca a la desesperada.

Entre sábado y sábado

Sobre el autor

Periodista de HOY. Analista político.


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