Era un tipo imponente. Tenía un carro imponente, un chófer de color y del brazo le colgaba una mujer de color rosa palo. De bandera el palo. Uno de esos tipos que entretiene la espera con ostras y Martini ad libitum. Quizá por eso no era raro verle junto al mar. Setúbal, el estuario del Sado y los golfinhos. En Setúbal los delfines viven a cuerpo de rey. El tipo imponente tenía un anillo a modo de contrapeso en el meñique de la derecha. Para las olas, para las caderas,… según la hora. El Mercado do Livaramento se inauguró el 31 de junio de 1876. Va camino de los 140 años y está hecho un chaval. Un tipo imponente. A prueba de mareas altas. USA Today desató la pasión cuando lo incluyó en su listado de los mejores mercados del mundo. Y los tubalenses sin enterarse; será que lo tienen tan a mano desde hace tanto… Los españoles no deberíamos dejar de visitarlo. Ahora que se acerca la Navidad es el mejor momento. Roibalos, sapateiras, carapaus, navalheiras,… ¡Uf! dijo el tipo imponente cuando los vio allí,… tan húmedos, tan frescos, tan rozagantes,… Por un momento se los imaginó grelhados con mimo, y los salmonetes se le subieron a la cabeza del tirón. Salmonetes grelhados y ameijoas “a Bulhão Pato”, lo llevaba escrito en los ojos la rubia que le colgaba del brazo. ¿Quién sabe? Yo prefiero ese “molho feito do fígado do peixes”, repetía a cierta distancia el chófer sin que nadie le escuchara. Sardinhas, caracois,… de todo hay en el viejo Mercado do Livramento. Al fondo más de cinco mil azulejos cantan la vida cotidiana de los pescadores de por aquí. Arriba, el Castillo de San Felipe domina la bahía. Para allí encamina su rodada el bólido del tipo imponente. Las ostras viajan en coche aparte, por supuesto. ¡Bellísima Sierra de Arrábida! Se acerca la Navidad. Un paseo en barco al atardecer por si los delfines quisieran compañía y la rusa cariño. Les veo alejarse. El Mercado do Livramento enamora, aún me tiemblan las piernas… ¿Un vino, Juan? Moscatel de Setúbal, “sem dúvida nenhuma”.