Abracadabrantes los mil sabores el I Concurso de Cocina Profesional GastroIbérica 2015. O sea, bien. Bien las instalaciones, bien la organización, bien los concursantes y bien todo. Gastroibérica 2015 va a ser a buen seguro la primera de muchas. Un evento que empuja con los riñones para que Badajoz sea reconocida en toda España como lo que es, la capital del ibérico. Enhorabuena a Eloy Guerrero y a todo su equipo, en especial a ese todoterreno que es Felipe Brandao. Enhorabuena, entre otras cosas, porque de su bolsillo, el de Eloy, salen los 1.250 eurazos con que está dotado el primer premio del concurso de cocina que se celebró ayer. Un premio así no se ve todos los días por estos lares.
Seis finalistas a la caza del premio y de la gloria. Un presidente del jurado de alto voltaje, Don Francisco Sauco, presidente a su vez de la Academia Extremeña de Gastronomía y un jurado con cara de pocos amigos. Antonio Granero pilotando el show ante los muchos aficionados que revoloteaban entre los fogones. Buenas maneras en todos los concursantes. Seis platos para un solo premio. Cinco jueces sin piedad. Incluido éste que les escribe. Al final los laureles del triunfo fueron a orlar las sienes de un jovencísimo cocinero de Badajoz, formado en Cádiz y que lleva unos meses trabajando en Barcelona, Juanma Salgado. Detallista en extremo, sencillo en su presentación,… triunfó con un plato de altura, muy en su punto, una presa ibérica con pesto rojo y patatas souflé.
Soberbio también el gran David Chapela de Hospederías con una presentación digna de Careme, ensalada de raviolis de solomillo ibérico escabechado rellenos de foie encebollado. Sorprendente. Un bocadito elegante, un plato de madurez. Y también notabilísimo el trabajo de otro joven cocinero, sevillano en este caso, formado en La Taberna del Alabardero, con una ya intensa trayectoria a ambos lados del Atlántico y ahora en el restaurante El Laurel de Badajoz, José Ignacio Pérez. Presentó una brocheta de tataki de presa ibérica con chutney de mango y pan chino; sabrosísima, e inteligente mezcla de sabores, muy rotunda en boca. Y no sigo porque la columna es breve. Pues eso, que Badajoz se merece un evento así. Aún están a tiempo de darse una vuelta por Gastroibérica 2015.