
El presidente de la Diputación de Cáceres, Manuel Veiga, recibe a los vecinos de las Hurdes que reclamaban un puente.
La vida del fotorreportero, del fotoperiodista o del fotógrafo de prensa, está muchas veces condenada a un carácgter subsidiario, de mero complemento, salvo que el que mire por el objetivo tenga el suficiente talento para convertir su obra no en un afluente, sino en el río principal; no en un puro acompañamiento, sino en el argumento básico de la historia. “Hago todo lo que puedo”, parecía decir con su gesto el presidente de la Diputación de Cáceres, Manuel Veiga, a los vecinos de las Hurdes que se plantaron ante la sede para reclamar un puente, hartos ya del abandono de esta comarca por las instituciones.