Los curiosos observan, pero los fotoperiodistas permanecen detrás del objetivo, no insensibles, pero sí impasibles ante el caos que se desarrolla al otro lado de la cámara. En 1989 Lorenzo Cordero recogió, disparo tras disparo, toda la secuencia de la detención en directo de Miguel Saiz, condenado por homicidio y atraco. Muchos agentes hicieron falta para reducirlo, y el hubo carreras y forcejeos. Pero el pulso para coger toda secuencia con la necesaria calidad técnica no falló.