La belleza también puede encontrarse por sorpresa entre las bambalinas de un camerino improvisado en la plaza de toros de Cáceres. Pero hace falta ser un fotoperiodista con suficiente ADN de talento creativo para captarla en un instante y hacer poesía con el retazo de un cuerpo desnudo sin resultar indiscreto.
Lorenzo Cordero La vida del fotorreportero, del fotoperiodista o del fotógrafo de prensa, está muchas veces condenada a un carácter subsidiario, de mero complemento, salvo que el que mire por el objetivo tenga el suficiente talento para convertir su obra no en un afluente, sino en el río principal; no en un puro acompañamiento, sino en el argumento básico de la historia. Celia Herrera Jefa de Información de HOY.es. Periodista y amante de la fotografía, a la que le encantar contar lo que ve, e indagar sobre lo que ocurre