Los cazadores, cazados. El fallecido Manuel Fraga era un amante de la caza, y visitó Extremadura en los primeros años del nuevo siglo invitado por la familia Pinilla, propietaria de una de las mejores fincas cinegéticas de la sierra de San Pedro, La Barquera, famosa por sus excelentes trofeos de ciervo.
En una de sus monterías con el también fallecido Felipe Camisón, diputado del PP en la Asamblea extremeña, el Congreso, y parlamentario europeo, Fraga estuvo jugando al gato y al ratón con la prensa porque no quería ser fotografiado. Puso gestos, malas caras, se escondía, pero Fraga fue finalmente cazado por la Mirada Atenta de Lorenzo Cordero, que jugó el papel de gato con conocimientos de viejo en el oficio: rápido con su cámara, discreto, paciente en su espera, consiguió las tres únicas fotos que se obtuvieron durante aquella fugaz ‘visita privada‘ de don Manuel a tierras extremeñas.