El calor ha sorprendido a Extremadura todavía con el armario sin cambiar, con las camisetas en el altillo, y el paraguas en el coche para por si acaso. Acostumbrados de todas formas a las primaveras traicioneras, esas que aceleran los termómetros de cero a 30 en un día, los cacereños se resignan a ir por la sombra y a remangarse la camisa hasta llegar a casa y degustar el primer gazpacho veraniego.
Pero a los turistas que llegan del frío, el calor del verano adelantado los convierte en alegres lagartijas, y la plaza Mayor se convierte en el improvisado solarium que convertirá sus blanquecinas pieles en rojos tomates despellejados. La Mirada Atentano deja pasar la ocasión, y retrata esa bella primavera en las alegres miradas de las que han decidido participar en la fiesta del calor que se celebra hoy Extremadura.
Turistas extranjeras utilizando la Plaza Mayor de Cáceres como improvisado solarium (9 de mayo de 2012).