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Lorenzo Cordero

La Mirada Atenta

Manifiesto por una imagen completa, policías incluidos

Manifestación de estudiantes en Cáceres contra la subida del precio del autobús, en el año 2000.

Manifestación de estudiantes en Cáceres contra la subida del precio del autobús, en el año 2000.

Lorenzo Cordero lleva toda su vida profesional fotografiando manifestaciones de todo tipo. Son actos de la vida cotidiana de un reportero de calle que, si es veterano, ya sabe de qué va la cosa cuando acude a tomar imágenes de una protesta ciudadana convocada en la calle, aunque no siempre imagina cuál será su desarrollo.

Las manifestaciones  transcurren, en la mayoría de las veces, de la misma forma, como una coreografía aprendida en el que todos los bailarines se saben su papel: los manifestantes despliegan sus pancartas; alguien saca el megáfono y va animando el cotarro con las consignas previamente pensadas;  los policías nacionales desplegados en la zona observan con discreción el movimiento, y algunos agentes que van de paisano observan con disimulo, pero con interés, y van contando manifestantes para su informe posterior; algunos viandantes se suman, y otros pasan como pueden con prisa entre el atasco; los periodistas escuchan las reivindicaciones y tratan de averiguar cuáles serán los siguientes movimientos.

Manifestación de estudiantes reivindicando un instituto para Brozas celebrada en febrero de 1996.

Manifestación de estudiantes reivindicando un instituto para Brozas celebrada en febrero de 1996.

A veces los ánimos están crispados, y una chispa puede provocar un incendio. Cuando eso ocurre, la Mirada Atenta nunca ha dado un paso atrás. Como el buen torero que acerca el capote, Cordero acerca su objetivo lo más próximo posible a la noticia, aunque ello le suponga llevarse algún codazo que no iba destinado a él.

Después de tantos años fotografíando protestas, Lorenzo Cordero sabe cómo ponerse en el medio de cualquier manifestación e integrarse en el paisaje sin destacar más de la cuenta. Conoce a la mayoría de los representantes de los colectivos que se han manifestado en Cáceres en las dos últimas décadas, y es amigo de muchos de los policías nacionales que acuden de forma rutinaria a este tipo de eventos. Con respeto, ha sabido hacerse respetar.

En una de las útimas, celebradas en Cáceres, fue fotografiado en mitad de la multitud, y los que no le conocen no podrían decir quién era el fotógrafo profesional, si él, o la manifestante que estaba a su lado, que también estaba con la cámara.

Lorenzo sentado en mitad de una manifestación junto a una estudiante que también tomaba fotografías.

Lorenzo sentado en mitad de una manifestación junto a una estudiante que también tomaba fotografías.

Ahora, como la mayoría de los defensores de la libertad de información en este país, escucha atónito el anuncio de Interior de prohibir, no se sabe cómo, que se tomen y difundan imágenes de policías. Si forman parte del paisaje, de la sociedad española que fotografía, cómo evitar que salgan retratados unos personajes que juega un papel obligado en la mayoría de los eventos públicos. ¿Hará fotografías y luego eliminará con el Photoshop no sólo su cara, como ya hace para proteger la seguridad de  los agentes, sino también su silueta?

¿Cómo podrán saber  los vigilantes de la prohibición, y con certeza, cuándo se pretende denigrar la imagen que captura el reportero con su objetivo? ¿Cómo fotografiar eventos y panorámicas, en los que algunos personajes deberán hacerse, por ley, invisibles?

Y lo peor, una vez asumida esta prohibición, ¿qué personajes públicos pueden ser denostados o su imagen degradada con mala intención si se les toma una fotografía? ¿Cuáles pedirán formar parte de la lista de los intocables en España, de los silueteados sin rostro y fondo gris?

Un policía nacional impide el paso a varios estudiantes en la manifestación celebrada en Cáceres el 17 de octubre de 2012.

Un policía nacional impide el paso a varios estudiantes en la manifestación celebrada en Cáceres el 17 de octubre de 2012.

¿Cómo sería esta fotografía sin que saliera la imagen del policía? ¿Qué se supone que miraría con sorpresa y prevención la joven en primer plano? ¿Por qué detuvieron los manifestantes su carrera de forma abrupta? ¿Si estuviera prohibido fotografiarle, a quién dirigiría el policía su gesto: a los manifestantes o al reportero?

Lorenzo Cordero, como reportero comprometido con su trabajo, recomienda a los interesados en este debate que lean el siguiente post en el que otros periodistas que trabajan a diario cerca de los policías cuentan sus experiencias.

 

 

Lorenzo Cordero La vida del fotorreportero, del fotoperiodista o del fotógrafo de prensa, está muchas veces condenada a un carácter subsidiario, de mero complemento, salvo que el que mire por el objetivo tenga el suficiente talento para convertir su obra no en un afluente, sino en el río principal; no en un puro acompañamiento, sino en el argumento básico de la historia. Celia Herrera Jefa de Información de HOY.es. Periodista y amante de la fotografía, a la que le encantar contar lo que ve, e indagar sobre lo que ocurre

Sobre el autor


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