En su trabajo como fotoperiodista, Lorenzo Cordero ha sido capaz de percibir el riesgo y el valor de los hombres que luchan a cuerpo limpio contra el fuego voraz, y ha tenido que huir también de las llamas que se apoderaron del monte en el verano de 2005. El calor que sintieron los bomberos en su cara, también lo sintió Cordero en su rostro, pero antes de echar a correr, hizo la foto.