La noche de Cáceres le debe muchas horas de alegría a las fiestas universitarias. Pero no es lo mismo fotografiar el ambiente festivo, que saber celebrar con la cámara la mirada cómplice y pícara de los participantes en la fiesta juvenil de una discoteca de moda. Todos los que ven esta foto son capaces de vibrar durante un momento con la alegría y el desparpajo de los jóvenes universitarios que, en 2003, soñaban que su felicidad, efímera, era para siempre.