El fotoperiodista es como el cazador. Tiene que permanecer al acecho, no sólo para cazar imágenes, sino también momentos, y emociones intangibles como el aire, pero que se hacen visibles cuando se cazan. En el enfrentamiento que se produjo entre piquetes y comerciantes en 2002 en la galería comercial de la avenida Antonio Hurtado, en Cáceres, Lorenzo Cordero cazó uno de los momentos de la mayor tensión que protagonizaron unos cuantos agentes de la Policía Local y los miembros del piquete. Casi llegaron a las manos, pero la sangre no llegó al río.