Carolina de Mónaco y su marido Ernesto de Hannover, invitados por Fernando Bustamante, pasearon por la ciudad monumental de Cáceres, después de pasar un fin de semana de caza en la finca las Golondrinas.
En esta ocasión, como de costumbre, los guardaespaldas del matrimónio intentaron evitar de modo agresivo la captura de imágenes de la pareja. Pero afortunadamente se pudieron conseguir grácias a que los anfitriones de la Princesa de Mónaco, mediaron con los consortes para que se pudiesen hacer las fotos, pero eso sí, con los guardaespaldas sin quitar la mirada de la cámara. El tiempo que me dieron para hacer las fotos fue de dos minutos y tiré un carrete de negativos a toda prisa.