En 2004 nadie hablaba de crisis, pero había gente que no necesitaba la palabra para saber que su vida era una crisis permanente. Pero en aquellos tiempos de opulencia, de burbujas que nadie se creía, y de créditos alegres, la mirada del fotoperiodista Lorenzo Cordero fue capaz de percibir la paradójica imagen (¿sonrisas y lágrimas?) que componen una mujer mendigando de rodillas en la alle, acompañada de un perrito que le servía para sostener la cesta de las limosnas.