Seguro que te queda alguna camisa arrinconada en el armario con alguna mancha de óxido que te parece casi imposible de eliminar. Una de nuestras lectoras, Puri, de Olivenza, tiene la solución para que recuperes esa prenda que creías pérdida. Su truco consiste en verter un chorro de limón sobre la mancha de óxido y echarle sal encima. Una vez que ya tengas la prenda con el limón y la sal, ponla a secar al sol. Cuando ya esté seca, métela en la lavadora si lo permite la etiqueta y lávala normalmente. Y habrás acabado con la mancha de óxido. Hay quien también recomienda frotar la prenda aprovechando el vapor de agua hirviendo en una cacerola cuando aún tiene el jugo de limón, mientras que otros recomiendan colar el zumo antes de verterlo sobre la ropa. Existe un producto Deprit Fer, de Kreussler, que tiene efectos desoxidantes.