Si estás cansada de ver los radiadores dispersos por tu casa, una buena solución puede ser pintarlos de colores. De esta manera, actualizarás su imagen y la de la estancia en la que se encuentren los radiadores. Si los aparatos de tu casa son de acero sólo podras pasarles unas manos de esmalte, pero si son de hierro los puedes pintar de cualquier color sin problemas. Tíñelos en celestes, rosas, verdes,… Te quedarán mejor si las paredes de la habitación están pintadas de blanco, así serán ellos los que cobren todo el protagonismo. Otra cosa es que los radiadores estén fabricados en aluminio, entonces evita teñirlos y, si estás muy cansada de ellos, ocúltalos tras las cortinas, construye un banco de obra sobre él, pon una mesa de estudio encima o diseña un mueble con varios listones para que pueda salir el calor.