Las estufas y chimeneas se convierten en auténticas protagonistas cuando el frío arrecia en la calle. A las tradicionales chimeneas, se van sumando otros modelos que ofrecen mayores prestaciones y ganan en funcionalidad. Éste es el caso de las estufas eléctricas o de gas. Sus ventajas: consumen poco, se limpian fácilmente y son muy seguras. Necesitan una salida de humos al exterior. Los casetes se distinguen por encastrarse en el hueco de la chimenea y encierran el fuego tras una puerta de cristal. Un entramado de conductos internos distribuye el calor dentro de la habitación. Las chimeneas de gas, por su parte, son muy limpias al funcionar sin leña. Su instalación sólo requiere una salida de humos externa y un buen tiro para que la combustión sea óptima. El encendido es instantáneo y proporciona mucho calor a la estancia.